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História Venganza de la Luna desesperada Capítulo 3.
Venganza de la Luna desesperada por Internet
Abi había muerto.
No sabía los detalles ya que el único que podría ayudarme se encontraba tirado en el bosque a mi lado.
Las lágrimas comenzaron a nublar mi vista, pero con el peligro tan cerca de nosotros ni siquiera me animaba a maldecir.
No por temor a que me encontraran a mí, sino porque no dejaría que su pareja muriera cuando ambos me ayudaron a escapar. Jamás deshonraría a mi amiga de ese modo.
Traté de levantarme un par de veces y logré sostenerme a duras penas. Arrastré los pies hacia el cuerpo de Gail y luego miré lo que nos rodeaba. Tenía que escondernos de alguna forma y rezar por un milagro porque estaba segura de que no tendríamos ayuda.
No había ninguna cueva, no escuchaba ningún río y no sabía a qué distancia habían encontrado a Abi. Seguí mirando a mi alrededor y llegué a la conclusión de que tendríamos que escalar un árbol y permanecer ahí hasta que Gail se despertara y me pudiera decir si había peligro.
Primero tenía que despistar a los perseguidores, así que me quité la bonita blusa rosa pálida que había escogido para la ceremonia y mis pantalones blancos que, de todas formas, eran un desastre sangriento y luego le quité la camisa a Gail con mucho esfuerzo.
Esas simples acciones quisieron que quisiera darme por vencida y acostarme sobre la tierra a esperar el final. Sin embargo, debía sobrevivir para vengar a mi manada, a mi familia... y a Abi.
Apreté los dientes y arrastré a Gail que pesaba una tonelada. Centímetro a centímetro pude llevarlo hacia las raíces del árbol más grande de la zona; luego regresé sobre mis pasos jadeantes y caminé lo más lejos que me atreví antes de dejar la ropa casualmente tirada como si ambos nos hubiéramos quitado eso antes de transformarnos.
No era necesario quitarnos la ropa para el cambio, pero aun quedaban lobos con algunas tradiciones nudistas.
Rezaba porque nos confundieran con un par de ellos.
Después volví sobre mis pasos y llegué hasta Gail. ¿Cómo lo subiría a la rama más próxima?
Me quité las lágrimas que aún encharcaron mis ojos y luego intenté subir yo misma. Resbalé y caí sobre Gail.
Eso no me desalentó, sino que me hizo enojar.
Oh si, yo estaba enojada. Y utilicé ese pequeño golpe de fuerza para, de alguna forma, escalar con una mano humana y jalar el cuerpo inconsciente de Gail con la otra. Menos mal que la rama más próxima no estaba tan lejos del suelo; ahí tomé un breve descanso antes de continuar subiendo un par de ramas más y colapsar sobre el cuerpo de Gail en una rama segura.
Creo que ahí fue cuando me desmayé yo también.
Desperté con los rayos del sol iluminando mi cara y mi cuerpo completamente sobre la tierra. Miré a mi alrededor confundida hasta que vi a Gail sostener el cuerpo de Abí con fuerza.
-Gail. - Dije suavemente.
Él no se giró.
-Despertaste. Tenemos que movernos, ¿Aun no puedes transformarte?
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