Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 357

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Desde que regresó del hospital psiquiátrico, Penélope se enteró de que la enfermedad de la Sra. Amelia había sido causada por la pérdida de su hija. Según su hermana, ella se parecía un poco a la hija fallecida de la Sra. Amelia, lo que había llevado a esta a confundirla.

Penélope había visto la foto que la Sra. Amelia siempre llevaba consigo. Era de una niña con un rostro limpio y dulce, y hasta ella misma admitía que la niña de trece o catorce años en la foto se parecía a ella en su infancia.

En este mundo, hay muchos casos de personas que, sin tener relación de sangre, se parecen físicamente. Penélope no le dio más vueltas al asunto.

En ese instante de confusión, cuando Rafaela recuperó la conciencia, se dio cuenta de que ya era demasiado tarde.

"Finalmente admites que soy tu mamá, Viviana... Mamá sabía que no habías muerto, siempre has estado a mi lado, ¿verdad?"

Justo después de que Nuria pronunciara esas palabras, una repentina sensación de pérdida de gravedad interrumpió su voz. Joaquín vio cómo el coche detrás de ellos se estrellaba contra el suyo. Antes de que pudiera ver la matrícula, su coche fue lanzado hacia el aire. Aunque Joaquín llevaba puesto el cinturón de seguridad y logró esquivar los coches de delante, se estrelló contra la barrera, recorriendo más de diez metros. La carrocería del Rolls Royce quedó destrozada por la mitad.

‘¡Bang…!’

Rafaela, que no llevaba el cinturón de seguridad, golpeó su frente contra el volante y quedó inconsciente.

En cuestión de minutos, la ambulancia llegó rápidamente.

Rafaela yacía en la camilla móvil, y en su estado de confusión vio a muchas personas...

¿Iba a morir otra vez?

Pero… aún tenía muchas cosas por hacer, no había logrado cumplir los deseos que su madre tenía en vida.

En dos vidas… todavía no había podido satisfacer a su padre.

No había logrado demostrarle a Liberto que, incluso sin la familia Jara, podía valerse por sí misma.

“Rafaela… Rafaela… No tengas miedo, papá está aquí… Papá no dejará que te pase nada.”

“Doctor, por favor, sálvela, salve a mi hija…”