Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 58

"¿Rafaela sabe de esto?"

"Probablemente aún no lo sabe. He buscado como dijiste en el panel de control para usuarios de la escuela y no encontré ninguna información sobre una cuenta registrada por Rafaela. Ella no debe saber que nuestra escuela incluso tiene este foro".

Maritza, con los brazos cruzados y caminando con determinación, llevaba un lujoso abrigo. Su largo cabello rubio ondulado se movía con cada paso que daba, "¡Ella no sabe nada! ¡La han humillado públicamente y aún tiene ánimo para asistir a clases!"

"¿Dónde está el aula del primer año de diseño de joyas?"

La otra persona respondió, "Es el aula 203 del segundo piso".

Maritza preguntó, "¿Cómo se llama la persona que publicó el mensaje?"

Blanca respondió, "Se llama Cristina".

Maritza bufó, "Pff, ¿Quién es esa?"

Cinco personas llegaron al aula 203, donde los estudiantes estaban estudiando.

Maritza siempre había sido audaz y entró directamente al aula.

Blanca, siguiéndola de cerca, golpeó la puerta que resonó con un fuerte estruendo.

Con la actitud de una líder, Maritza se paró en el podio.

Todos los estudiantes debajo del podio miraron fijamente a los recién llegados.

Penélope estaba repasando los apuntes de la clase reciente, mientras su compañera de habitación comenzó a cuchichear.

Lorena susurró, "¿Ella no es Maritza de tercer año, la de la misma promoción que Rafaela? ¿Qué hace aquí?"

Esperanza añadió, "No puede ser por lo del foro, ¿verdad?"

Lorena replicó, "Imposible, Cristina publicó el mensaje de manera anónima, ¿cómo podrían saber que fuimos nosotras?"

Ahora... ¿tal vez solo había una salida?

Solo quedaba pedirle a Sr. Liberto que interviniera y resolviera esto.

Fuera de él, Penélope no sabía a quién más recurrir.

Cuando la profesora regresó y vio lo que sucedía, exclamó, "¡¿Quiénes son ustedes?! ¿Quién les permitió entrar durante las clases?"

Al reconocer a Maritza, la hija del mayor promotor inmobiliario de Floranova, se quedó atónita. "¿Srta. Maritza? ¿Qué hace aquí?"

Maritza, mostrando algo de cortesía hacia la profesora, sonrió coquetamente y dijo, "¡Lo siento, profesora! Tal vez necesitemos tomar un poco de su tiempo, hay que resolver un pequeñísimo asunto. ¡Solo serán unos minutos!"

Los que sabían de la situación ya habían cerrado la puerta del aula.

Maritza, cambiando su expresión, miró fijamente a todos los presentes y dijo, "Así que, ¿los nuevos estudiantes de primer año ahora recurren a métodos tan bajos y viles? El mensaje en el foro de la escuela fue publicado por alguien de esta clase, ¿verdad? Sería mejor que quien lo hizo lo diga ahora. De lo contrario... no será agradable cuando tenga que descubrirlo yo misma".