Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 101

Wilbur se sorprendió al oír ese nombre. ¡Qué casualidad!

Justo entonces, el dueño de la tienda y varios de los clientes que se encontraban allí también se llevaron una sorpresa. Kenji se había forjado una gran reputación.

El dueño de la tienda se acercó, inclinándose ante Kenji. "¡Señor Lilith! Es un honor tenerlo en mi tienda".

"Por supuesto que lo es". Dijo Kenji con altanería.

El dueño de la tienda dijo: "Sin embargo, me temo que pujar siempre ha sido la forma de hacer las cosas en Ciudad Octocharm".

"He dicho que podemos hacerlo a tu manera, ¿no?". Kenji dijo con frialdad.

El dueño de la tienda asintió con una sonrisa, acercándose a Wilbur. "Señor, ¿tiene alguna objeción a esto?".

"No".

Wilbur se limitaba a seguir las normas, ya que no le importaba demasiado.

Justo entonces, el dueño de la tienda dijo: "De acuerdo, entonces. Todos los que están aquí pueden actuar como testigos. Que comience la puja".

Todos estaban entusiasmados y se aglomeraron con impaciencia. Después de todo, esto ya casi no sucedía.

La multitud se sentó a tomar el té mientras esperaban a que empezara el espectáculo.

El dueño de la tienda miró a su alrededor antes de decir: "El precio inicial de esta piedra será de ciento veinte mil dólares, y cada oferta aumentará la puja en diez mil dólares. Empecemos".

Kenji dijo de inmediato: "Ciento treinta mil".

"Ciento cuarenta". Wilbur tampoco dudó. La piedra parecía bastante densa, así que seguramente contenía algo precioso.

"Ciento cincuenta".

"Ciento sesenta".

"Doscientos". Kenji subió el precio inmediatamente, y luego tomó tranquilamente un sorbo de su té.

Wilbur hizo una pausa, antes de decir: "Doscientos diez mil".

La expresión de Kenji se oscureció. "Doscientos veinte mil".

Todo el mundo pensó que Wilbur ya debería darse por vencido. El riesgo solo aumentaría si seguían apostando.

La roca era muy grande. Aunque el jade de su interior fuera valioso, el comprador seguiría teniendo pérdidas si no era lo bastante denso.

Además, arriesgarse tanto y a la vez caerle mal a Kenji no valía la pena. Mucha gente en la sala sabía que Kenji era más que un simple hombre de negocios.

Sin embargo, justo entonces, Wilbur aumentó la oferta una vez más. "Cuatrocientos diez mil".

La multitud sacudió la cabeza. Aquel tipo se les estaba yendo de las manos.

Kenji parecía muy disgustado para entonces. Sus ojos adoptaron una mirada asesina mientras gritaba: "Quinientos mil".

"Pero que...".

La multitud no esperaba que Kenji aumentará la puja tan drásticamente una vez más. Esta vez, estaba claramente enfadado.

"Quinientos diez mil". Wilbur respondió con calma.