Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1069

Iba a dejar que esos bastardos supieran en qué territorio se estaban metiendo.

Esos idiotas tenían el descaro de usar la fuerza bruta en un momento como este.

Todos los demás estallaron en carcajadas ante las palabras de Jan.

Ahora que Ryder había perdido, las habilidades nivel Pre-Santuario de Jamari parecían divinas para todos los presentes.

Por si fuera poco, habían llegado los oficiales de las Fuerzas Especiales de Hugh.

Seguramente esos idiotas estarían muertos, aunque hubiera más gente como Ryder.

¡Y pensar que habían sido tan tontos como para desafiar la autoridad del gobierno!

Wilbur contempló a la multitud engreída y se puso en pie lentamente mientras miraba a su alrededor. "Supongo que los pájaros del mismo plumaje se juntan".

"¿Qué coño quieres decir con eso?". Vale montó en cólera y le gritó a Wilbur.

Todos los demás también lo miraron con odio, con ganas de partirle la cara.

La expresión de Hugh se ensombreció aún más.

Él era el responsable de la Ciudad Dansun y ese tipo desafiaba claramente su autoridad hablando de esa manera.

Jamari también gritó: "¿Tú también quieres morir?".

Apuntó con su espada a Wilbur y una abrumadora aura de espada surgió.

Sin embargo, justo en ese momento, una lanza espiritual apareció en las manos de Wilbur.

Un aura asesina invadió la sala al mismo tiempo que un profundo miedo parecía golpear el alma de cada persona.

La multitud temblaba.

Sin embargo, al segundo siguiente, la lanza salió disparada de las manos de Wilbur, silbando mientras volaba hacia Jamari.

Wilbur se inclinó hacia el oído de Jan y le susurró: "¿El Club Kiwanis realmente es tan grandioso?".

"No, n-no, n-no lo es", tartamudeó Jan.

Wilbur continuó: "No creas ni por un segundo que no sé las estupideces que hiciste. Voy a matarte hoy como advertencia al Club Kiwanis. Si encuentro alguna evidencia de que están conspirando para que me asesinen, haré que los maten a todos".

"¿D-De qué estás hablando? ¡No entiendo nada!", dijo Jan temblorosamente.

Wilbur respondió con un puñetazo en el pecho de Jan.

Hubo un fuerte golpe y una niebla de sangre estalló de la espalda de Jan, con el corazón aplastado por el ataque en conjunto.

Wilbur soltó entonces a Jan y su cadáver se desplomó sin fuerzas en el suelo.

La multitud lo miró aturdida mientras toda la sala quedaba en un silencio sepulcral.

De repente, Hugh gritó furioso: "¡Dispárenle, ya! ¡Que lluevan balas hasta que no pueda moverse!".