Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1109

Sin embargo, Wilbur se había abalanzado a gran velocidad sobre él y le había lanzado un ataque.

El ataque retumbó con un trueno rodante, provocando un escalofrío en el cuerpo del hombre.

El hombre evitó el ataque esquivándolo hacia la izquierda. Sin embargo, Wilbur se movió más rápido y llegó primero a Demi.

Al mismo tiempo, el líder que había estado luchando contra Wilbur había cargado en medio de los guardias Leeker. Tras matar a un buen número de ellos, entró en el despacho de Demi, tomando asiento con el otro hombre mientras fulminaban con la mirada a Wilbur.

En el exterior, sus hombres empezaron a abrir fuego contra los guardias que quedaban con vida.

La expresión de Demi era cenicienta mientras permanecía sentada en su despacho sin decir una palabra.

Cada uno de los dos hombres invocó una espada creciente y su aura se hizo más fuerte a cada segundo.

Demi los miró con frialdad. "¿Quién los ha enviado? ¿Saben cuáles son las consecuencias de sus actos?".

Ninguno de los dos le hizo caso, sino que se concentraron en aumentar su propia energía espiritual.

En cuestión de segundos, las hojas de sus espadas crecientes se iluminaron con rugientes llamas espirituales cubiertas de runas.

Una poderosa presión espiritual comenzó a extenderse por la oficina.

Estos dos hombres se encontraban en las últimas etapas del nivel Ambiente, acercándose al nivel Ambiente máximo.

Los disparos de afuera también habían cesado.

Las fuerzas invasoras habían derribado a todos los guardias Leeker y ahora rodeaban la oficina por completo.

"Ríndete ahora y garantizaré tu seguridad", le dijo uno de ellos a Demi.

Demi levantó la vista. "Ah, así que me quieren viva".

"También podemos tenerte muerta. Sin embargo, el precio sería mucho más bajo", dijo el otro hombre.

Demi enarcó una ceja. "¿Cuánto te pagan? Lo duplicaré".

Wilbur apenas prestó atención a sus ataques y se abalanzó sobre él a ciegas.

Parecía capaz de contorsionar su cuerpo en el último segundo, esquivando los innumerables ataques que ambos le lanzaban.

La espada de Wilbur atravesó el estómago de uno de los asaltantes antes de lanzarlo por los aires con una patada. A continuación, giró sobre sí mismo y volvió a blandir la espada.

El otro hombre se sobresaltó y levantó la espada para responder al ataque.

Sin embargo, la poderosa energía espiritual de Wilbur aplastó de golpe las armas del hombre, cortando su cuerpo en dos mitades.

Wilbur se apresuró a salir de la oficina sin una segunda mirada.

Un aullido desgarrador resonó en el aire, así como interminables gritos de agonía.

Un minuto después, Wilbur regresó al despacho con la espada en la mano, cubierto de sangre de pies a cabeza.

El hombre, cuyo estómago había sido perforado por Wilbur, lo miraba aterrorizado.