Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1144

Demi asintió al instante y hablaron a través de sus walkie-talkies.

Pronto, alrededor de trescientas personas fueron introducidas. Estaban atados con cuerdas mientras permanecían en fila. Estaban al otro lado del arroyo.

Normalmente, eran cabecillas criminales feroces que vivían como demonios.

Sin embargo, en ese momento, temblaban como cobardes.

Demi y los demás no tuvieron piedad de ellos cuando los capturaron.

No había forma de que Demi y los otros tuvieran piedad porque se trataba de sus propias vidas o las de los cabecillas criminales.

Demi y los demás no podían perdonar ni a un solo criminal.

Si no cooperaban, les darían una paliza. Oh, cómo han cambiado las tornas.

Wilbur parecía muy enfadado.

Estos criminales eran la causa de que muchas víctimas Dashan sufrieran traumas inimaginables.

Incontables familias se vieron arruinadas por su culpa.

A innumerables cuerpos les extrajeron los órganos para venderlos por todo el mundo.

Un sinnúmero de mujeres fueron profanadas.

Incluso los animales eran mejores que esos monstruos.

Wilbur dejó escapar un largo suspiro. Los miró y dijo lentamente: "Sus crímenes terminan aquí. Espero que puedan ser buenas personas en su próxima vida".

La desesperación se apoderó de ellos al oír eso. Wilbur quería matarlos.

De repente, Yannick gritó: "¡Señor Penn! ¡Señor! ¡Yo le he ayudado! ¡No puede matarme! ¡Por favor, perdóneme la vida!".

Wilbur agitó la mano.

Una hoja de energía espiritual surgió de su mano y cortó a Yannick por la mitad.

"Te mereces las consecuencias porque elegiste ser malvado. Las lágrimas de cocodrilo no significan nada para mí".

Wilbur miró a Shepard y dijo: "Mátalos y dáselos de comer a los perros".

Tanto Demi como los otros empezaron a preocuparse por los cadáveres. ¿Dónde encontrarían tantos perros?

Kevin se hizo encima del miedo en ese momento. Él cayó al suelo y había un hedor procedente de sus pantalones sucios.

Wilbur frunció el ceño y miró a Kevin. Le preguntó: "¿Por qué sigues aquí?".

"¡Me arrastraré fuera de aquí enseguida! Volveré a la Ciudad Seecher inmediatamente y me entregaré".

Se arrastró y salió corriendo de la mansión mientras lloraba.

Wilbur recibió una llamada en ese momento.

Echó un vistazo a su teléfono y contestó inmediatamente. "Señor".

"Wilbur, nuestro embajador de Dasha, Julián Doyle, y el representante del presidente de Manand desean conocerte. Probablemente, ya habrán llegado al norte de Manand. Por favor, ponte en contacto con ellos", dijo Albert.

Wilbur frunció el ceño y preguntó: "¿De qué se trata?".

"Lo sabrás cuando los conozcas. Solo tienes que aceptarlo. Debes saber que el presidente de Manand salió muy beneficiado de esta terrible situación. Las autoridades lo saben y están muy impresionados por ti", le felicitó Albert.