Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1149

Resumo de Capítulo 1149: Viviendo con Mi Jefa Esposa

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Los que tenían poder prometieron ayudar con su autoridad y los que tenían poder financiero ofrecieron ayudar económicamente.

Al cabo de un rato, Maddox dijo que iba a descansar y abandonó la sala.

Todos empezaron a hacer llamadas telefónicas en ese momento, haciendo arreglos para llevar a cabo sus planes.

Al día siguiente comenzarían su misión de tomar el poder tras la batalla.

Sentían que podrían derrocar al presidente en cualquier momento con Maddox de su lado, así que se sentían obligados a ayudarlo a convertirse en el gobernante.

Para entonces, él sería el verdadero gobernante de Manand y ellos cosecharían los beneficios de estar en el bando ganador.

...

A la mañana siguiente, el presidente Morgan estaba sentado en su despacho. Se le veía frustrado y preocupado.

Lucio estaba a su lado y también se mostraba igual de ansioso.

Morgan se levantó y se paseó con el ceño fruncido.

Miró a Lucio después de un momento y dijo: "Contacta a Trevor Penn inmediatamente para cancelar el plan. No podemos enfrentarnos a Maddox ahora".

No confiaba para nada en la lucha con Maddox.

Maddox tenía fuerzas tanto en el sector militar como en el político.

Aunque la mayoría eran militantes y empleados públicos, también tenía fuerzas que ocupaban puestos de generales militares y funcionarios del gobierno.

Tenía pocas posibilidades de ganar si estallaba una guerra. Morgan no podía permitirse correr ese riesgo.

Además, la nación parecía favorecer a Maddox.

La opinión pública decía que Morgan estaba celoso de Maddox y que trabajaba con un extraño para deshacerse de él.

Wilbur estaba de muy buen humor cuando vio las montañas cercanas.

Shepard dijo: "Señor, Maddox no es un cultivador corriente. Creo en sus capacidades, pero igual debe tener cuidado".

"Nunca subestimo a un oponente", dijo Wilbur con indiferencia.

Shepard asintió y dejó de hablar, concentrándose en conducir.

De repente, un grupo de vehículos pasó junto a ellos a gran velocidad para detener su coche.

Una docena de militantes salieron corriendo y se situaron junto a la carretera.

Wilbur frunció ligeramente el ceño.

Shepard preguntó: "Señor, ¿necesita que me deshaga de ellos?".

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