Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1169

El incidente con Maddox había despejado gran parte de la escena política de Manand, dejando muchos lugares vacíos a su paso.

Jimmy se había arriesgado esta vez y había tenido la suerte de ganarse un puesto en el banquete de la oficina del presidente.

Sin embargo, Jimmy sabía que apenas tenía contactos, lo que significaba que las cosas no le iban a resultar fáciles.

Se había devanado los sesos intentando acercarse a Leo con la esperanza de tener una oportunidad de trabajar para él. Si Leo lo aceptaba, su futuro estaría decidido.

En cuanto a Wilbur, a primera vista estaba claro que no era de Manand. Probablemente, era un periodista contratado para llenar la sala.

Por lo tanto, Jimmy apenas le prestó atención.

Leo hizo un gesto con la mano ante las palabras de Jimmy. "Eso no será necesario. Realmente tengo curiosidad por saber qué le da valor para hablarme así".

"Vamos, no es más que un bastardo insolente e inculto", insistió Jimmy.

Leo no dijo nada y miró fríamente a Wilbur.

Wilbur sonrió satisfecho. "Fuera de mi vista antes de que me enfade o habrá consecuencias".

"¡Ese cabrón! General Emer, ¡no puedo soportarlo más! Por favor, deje que me ocupe de él", dijo Jimmy indignado, fulminando con la mirada a Wilbur.

Leo se limitó a hacer una mueca fría, manteniendo el contacto visual con Wilbur. "He conocido a muchos arrogantes, pero tú te llevas el premio. Este es un caso raro".

Justo entonces, un gran grupo de funcionarios se acercó en tropel.

"Vamos, joven. Discúlpate con el general Emer mientras puedas y puede que te perdone la vida".

"¡Esta es tu única oportunidad! Todos estamos intentando ayudarte, lo menos que puedes hacer es escucharnos".

Wilbur los miró y rompió a reír. "Yo que tú me preocuparía por mí mismo. Podrías arrepentirte de haberte metido conmigo".

"¿Arrepentirme?".

La multitud se rio, mostrando inquietantes y siniestras sonrisas en sus rostros.

Unas cuantas vidas menos no eran nada para ellos.

Podrían salir de esta, aunque estuvieran en el despacho del presidente.

Además, Leo era la cara de este incidente. Era alguien a quien incluso el presidente tenía que mostrar algo de respeto. Seguro que ese cabrón estaba muerto.

Wilbur miró a Leo. "¿De verdad quieres saber quién soy? Va a ser bastante vergonzoso cuando lo descubras y te des cuenta de que no puedes hacerme nada".

Le enarcó una ceja a Leo burlonamente.

Leo sonrió satisfecho. "Eso no es un problema para mí. Simplemente, no quiero estar matando a alguien antes de saber su nombre".

En ese momento, la bella oficial adjunta que estaba detrás de Leo dio un paso adelante. Desenfundó su pistola y apuntó a la cabeza de Wilbur. "Habla".