Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1233

Ivy parecía muy decidida.

Wilbur tuvo que suspirar porque esa chica era excesivamente orgullosa.

"Vámonos. No es necesario".

Empezó a alejarse tras decir eso.

Ivy suspiró para sí misma y lo siguió en silencio.

Al salir del hotel, vieron a Taylor con dos hombres que se interponían en su camino.

Wilbur se rio entre dientes y preguntó: "¿Qué pasa? ¿No has tenido suficiente?".

"¡Deja de ser tan arrogante! ¡Peleemos de nuevo si te atreves! ¡Me pregunto cuánto sabes luchar!", gritó Taylor.

Wilbur sacudió la cabeza y se echó a reír. Dijo: "Te seguiré el juego ya que lo estás pidiendo. Dime dónde".

"Posada Tranquila. Nos vemos allí", dijo Taylor con la mandíbula apretada.

Wilbur se encogió de hombros y dijo: "Tengo unos asuntos que atender ahora mismo, así que estaré allí a las doce".

"Te estaré esperando", dijo Taylor con sorna.

Wilbur sacudió la cabeza y se alejó con aire confiado.

Ivy parecía preocupada detrás de él.

Pronto llegaron a una sala de reuniones del último piso del Club Kiwanis.

Eileen y Braum lo esperaban con dos gruesas pilas de documentos sobre la mesa.

Wilbur empezó a sentirse molesto cuando vio los documentos.

Eileen y Braum vieron que Wilbur había traído a una chica y eso despertó su interés.

Wilbur llamó a Ivy y le dijo: "Déjenme presentarlos. Esta es Ivy Goode. Ellos son las autoridades del Club Kiwanis, Eileen Fall y Braum Steele".

Eileen y Braum se pusieron de pie para estrechar la mano de Ivy.

Eileen sonrió y contestó: "Tú la recomendaste, así que tengo que darle un puesto importante".

"Gracias. Ivy, deberías ir con Eileen", dijo Wilbur.

Ivy siguió asintiendo.

Ya era bastante bueno que tuviera un lugar donde comer, así que no tenía expectativas de qué trabajo le proporcionaría Wilbur.

No se había dado cuenta de que su destino estaba a punto de cambiar por completo.

Entonces, Wilbur empezó a revisar los documentos y hablaba de vez en cuando con Eileen y Braum.

Ivy les atendía a un lado, sirviéndoles agua. Al principio se sintió torpe, pero se calmó al cabo de un rato. Observando atentamente cómo trabajaban, siempre limpiaba la mesa a tiempo y les colocaba el agua en un lugar de fácil acceso.

Wilbur se dio cuenta y sonrió.

Había caído la tarde en un abrir y cerrar de ojos. Wilbur comprobó la hora y dijo: "Tengo algunos asuntos que atender, así que no me uniré al almuerzo".