Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1304

"¿Qué hacen ahí parados? ¿Por qué no están de rodillas para agradecer al señor Penn?", gritó el príncipe Bhumi a los aturdidos cultivadores.

En medio de su pánico, los cultivadores cayeron de rodillas en agradecimiento por el gesto de Wilbur.

Las palabras del príncipe Bhumi aprobaban claramente las acciones de Wilbur, solidificando su postura en todo el asunto.

Loja había llegado demasiado lejos y matarlo había sido, sin duda, la decisión correcta.

Cuando todos agradecieron a Wilbur, el príncipe Bhumi sonrió. "¿Podríamos sentarnos a hablar, señor Penn?".

"Tengo que ir a Freeca lo antes posible. No tengo mucho tiempo", dijo Wilbur.

El príncipe Bhumi parecía claramente decepcionado, pero aun así dijo: "Tengamos esa charla ahora mismo entonces".

"Adelante", dijo Wilbur.

El príncipe Bhumi parecía haberse decidido de antemano cuando dijo: "Me gustaría nombrarlo mi maestro, señor. ¿Estaría dispuesto?".

Los cultivadores se quedaron boquiabiertos.

¿El maestro del príncipe Bhumi? Esa era una posición enorme.

Era importante notar que el príncipe Bhumi iba a heredar el trono en cualquier momento, lo que hacía la posición de su maestro aún más aterradora.

Era un cargo que cualquiera ni siquiera soñaría con llegar a tener y había recaído en un extranjero.

Wilbur miró al anciano, que sonrió humildemente y bajó la cabeza. Wilbur dijo: "Este tipo es bastante poderoso, ¿no? ¿Para qué me necesitas como maestro?".

El príncipe Bhumi sonrió. "Él no está ni cerca de donde usted está, señor. Además, también admiro su generosidad y virtud. Eso por sí solo me bastó para querer tenerlo como maestro, en serio".

"¿Mi virtud?", preguntó Wilbur, mirando al príncipe Bhumi.

"Usted podría haber matado a esta gente o dejarlos solos para que perecieran, pero eligió hacer lo que pudo para destruir esas aterradoras puertas verdes en su batalla contra Loja mientras arriesgaba su propia vida. Puede que no sea de mi nación, pero su espíritu y su valor por sí solos son dignos de que quiera tenerlo como maestro".

Wilbur se quedó en silencio.

Bailey se apoyó en su costado. "¿Vas a marcharte?".

"Tengo asuntos urgentes de los que debo ocuparme lo antes posible", dijo Wilbur disculpándose.

Bailey sonrió cálidamente. "Ya lo sé. Eres una figura importante para muchos y no me interpondré en tu camino. ¿Puedo servirte una última noche?".

Wilbur se movió incómodo.

Bailey se levantó y se dirigió al baño.

Poco después, salió vestida con una toalla y se acercó a Wilbur.

Bailey tiró de la toalla y esta cayó al suelo, revelando su tentadora figura y sus curvas perfectas.

La visión hizo que el ánimo de Wilbur se secara.

El rostro de Bailey se sonrojó cuando se arrodilló, despojando a Wilbur de su ropa y encontrándose con su piel con sus suaves labios.