Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1351

Miraron al cielo con los ojos muy abiertos y las bocas dramáticamente abiertas de una manera espeluznante.

A medida que continuaban las misteriosas plegarias, una extraña niebla gris comenzó a salir de sus bocas.

La sustancia similar a la niebla fluyó hacia abajo, llenando lentamente toda la mazmorra y extendiéndose hacia el exterior.

El tiempo pasaba lentamente.

Sandy y Lilian seguían rezando con seriedad, aparentemente inconscientes de la sustancia que fluía de sus cuerpos.

La niebla se extendió rápidamente por toda la ciudad.

Finalmente, los ciudadanos despertaron de su letargo.

Sus miradas se volvieron aturdidas, pero no tardaron en empezar a dirigirse hacia la iglesia principal de Pumido.

Algunos iban en pijama, otros completamente descalzos. Algunos, de hecho, seguían borrachos.

Sin embargo, todos tenían la misma mirada vidriosa mientras se dirigían hacia la iglesia principal con una determinación sorprendente.

Wilbur estaba sentado ante la ventana, contemplando las vistas y los olores de la niebla en el aire, junto con una oleada de energía espiritual que parecía intentar invadir su alma.

Wilbur hizo una mueca, interponiendo una barrera entre él y el ataque del alma, que apenas suponía una amenaza.

Acto seguido, abandonó el hotel para unirse al grupo que estaba afuera.

En ese momento había unos cientos de miles de personas por todo Millerton, dirigiéndose lentamente hacia la iglesia.

En el sótano subterráneo de la iglesia, los tres ancianos habían alcanzado un punto álgido en sus oraciones. Sus voces se hacían cada vez más fuertes y todo el sótano se llenó de una espesa niebla gris.

Justo entonces, los seguidores de la Iglesia del Señor del Dragón de Llamas soltaron repentinamente una serie de gruñidos inhumanos.

Los cientos de miles de personas que estaban fuera empezaron a rezar también.

No tardó en llegar a la puerta de la bodega subterránea.

Los milicianos de la iglesia desenvainaron sus espadas al ver a un intruso y se agolparon de inmediato.

Wilbur sonrió con frialdad. Sacó la Oscura Dispersión y se escabulló entre la multitud.

Una serie de gritos agónicos resonaron en el aire mientras todos los miembros de la milicia eclesiástica caían al suelo sin vida.

Había una delgada línea roja en cada uno de sus cuellos.

Justo cuando Wilbur estaba a punto de derribar la puerta del sótano, Sandy y Lilian llegaron corriendo mientras chillaban.

Wilbur frunció el ceño.

Ambas mujeres estaban desarmadas y tenían los ojos vidriosos, pero parecían empeñarse irreflexivamente en matar mientras arañaban los ojos y el cuello de Wilbur.