Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1369

Lilian estaba enfurecida. Blandió los puños, exclamando: "¡Tú eres la bárbara! Toda tu familia es un montón de bárbaros. No importa lo que pase, ¡nunca le gustarás a Su Santidad!".

"¿Entonces, se encapricharía de ti?", replicó María, sin mostrar ningún signo de debilidad.

Sus miradas se cruzaron como gallos feroces a punto de estallar en cualquier momento en una batalla exclusiva de mujeres.

En ese momento, Wilbur salió, frunciendo las cejas. "¿Qué ocurre?".

"Nada. Acabo de tener una charla con Lilian", respondió María, bajando la cabeza mansamente.

Al ver el comportamiento de María, Lilian sintió una picazón de odio, pero se limitó a decir: "Su Santidad, he venido a traerle unas frutas".

Lilian sacó una manzana y se la presentó a Wilbur.

Wilbur se rio y cogió la manzana. "Muy bien, vayan a descansar las dos".

Lilian y María intercambiaron una mirada desdeñosa antes de separarse.

Wilbur sacudió la cabeza con impotencia y regresó a su habitación. Mientras mordisqueaba la manzana, miraba por la ventana, sumido en sus pensamientos.

A la mañana siguiente.

Cameron y Dawson, al frente de la milicia eclesiástica, se reunieron en la plaza frente a la iglesia, esperando desde temprano.

Wilbur, acompañado de Karl, Catherine y otros, salió de la iglesia y se unió a la multitud congregada en la plaza.

Aparte de la milicia eclesiástica, miles de creyentes llenaban la plaza, creando un ambiente congestionado.

Cerca de la frontera de Ganbi, Michael, Moisés y Banks, los tres titanes del tribunal, estaban en lo alto de una colina. Vestían armaduras de combate y llevaban espadas cruzadas colgando de la cintura.

De sus armaduras irradiaba una tenue aura de energía espiritual. En particular, la espada cruzada en la cintura de Michael era excepcionalmente enorme, una gran espada a dos manos. La vaina estaba adornada con innumerables inscripciones divinas, exquisitamente elaboradas, claramente no ordinarias.

A su lado había caballeros sagrados, también con armaduras de combate rojas y espadas cruzadas colgando de la cintura. Bajo la colina, 1.000 guerreros sagrados permanecían en formación ordenada. También llevaban armaduras de combate, de las que emanaba un aura de energía espiritual que les daba un aire de solemne santidad.

Michael miró a la formación de guerreros santos y sonrió, diciendo: "Esta es la base de los Santos Illuminati. ¿Quién puede resistir esta fuerza?".

"Esta vez, no solo estamos purgando la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego, sino que también tenemos mayores ambiciones en esta tierra", dijo Moisés.

Banks también sonrió. "En efecto, movilizar una fuerza tan formidable tiene un alto coste. El Arcángel ha estado refunfuñando bastante. Si no hay suficientes ganancias, esto no valdrá la pena".

"No te preocupes, esta tierra es abundante en recursos. Después de limpiar la Iglesia del Señor del Dragón de Fuego, barreremos este territorio. Las ganancias subsiguientes sin duda satisfarán a todos", declaró Michael con gran ambición.