Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1407

Connor se detuvo frente a la entrada de la encantadora y antigua mansión. "Hola. Me llamo Connor Adams y tengo una cita para ver al conde Hans".

Un anciano de pelo blanco y traje impecable salió, mirándolos a los tres. "Vengan conmigo. El señor Hans los está esperando".

"Gracias", dijo Connor, y los tres siguieron al anciano hacia el castillo.

Había muchos sirvientes cuidando los jardines en el camino, podando la exquisita vegetación.

Sin embargo, se detenían y se inclinaban al ver a los tres, esperando a que pasaran antes de continuar con su trabajo.

Jaden no pudo evitar maravillarse. "Dios, esta gente engreída es realmente una raza diferente. Hasta sus criados son tan educados y están tan bien entrenados".

"¡Pues claro! El clan Angora existe desde hace casi mil años. Son de clase alta desde que la Dinastía del Atardecer los colonizó", dijo Connor.

Siguieron caminando durante más de veinte minutos hasta que por fin llegaron a la entrada del castillo.

Había dos guardias vestidos con armaduras tradicionales y lanzas en las manos, que permanecían firmes y erguidos.

Esto era aún más un símbolo de estatus.

El anciano se detuvo ante la puerta. "Entren. No hagan esperar demasiado al amo Hans".

Los tres se apresuraron a dar las gracias al anciano antes de entrar en el castillo.

Los dos guardias se inclinaron ante ellos al salir. Los tres se encontraron con un amplio salón que parecía salido directamente de mediados de siglo y que irradiaba un antiguo aire histórico.

Jaden resopló. "Gusto de clase alta, tío. Mira esto".

"Deja de hablar", frunció el ceño Connor.

Jaden frunció el ceño, pero Elise seguía mirando a su alrededor con curiosidad.

El mayordomo sacó un exquisito juego de té y empezó a preparar una tetera para ellos.

Connor miró fijamente a Jaden, que dejó el maletín sobre la mesa con suavidad antes de darle la vuelta.

Connor dijo: "Aquí tiene un regalo que hemos traído para usted, conde Hans. Espero que nos haga el honor de aceptarlo".

Hans le echó un vistazo y asintió de inmediato. "¡Muchas gracias! Cielos, estos tesoros orientales son siempre tan brillantes".

El mayordomo dejó la tetera que sostenía, cogió el brazalete de jade del maletín y se lo pasó a Hans.

Hans pasó el brazalete entre sus manos, como si estuviera enamorado.

"Iré directo al grano, conde Hans. ¿Tiene alguna novedad sobre lo que hablamos la última vez?", preguntó Connor.