Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1423

Travis asintió solemnemente.

Wilbur chasqueó los dedos y la prisión de luz de seis pilares desapareció, liberando a Travis. Sin decir palabra, Travis se limitó a asentir hacia Wilbur y se marchó directamente.

"Señor, ¿por qué lo dejó libre?". Ben parecía algo desconcertado. "Ya sea matarlo directamente o usarlo como rehén, es mejor que dejarlo ir".

Wilbur sonrió. "Todos tenemos nuestra dignidad. A la hora de actuar, es importante utilizar la diplomacia antes que la fuerza. Nosotros, la gente de Dasha, mantenemos la etiqueta".

Ben guardó silencio, con una expresión de preocupación.

Wilbur sonrió débilmente. "Ahora el objetivo de ellos soy yo. Tú ya no eres importante. No te preocupes, estarás bien".

Al decir esto, Wilbur alargó la mano para palmear el hombro de Ben, pero este, como era alto y robusto, hizo que le costara un poco de esfuerzo. Sin embargo, el inteligente Ben se agachó inmediatamente y recibió la palmadita de Wilbur.

Satisfecho, Wilbur sonrió. "La cena aún está caliente, así que deberían seguir comiendo. Yo me despido".

Wilbur se dio la vuelta y se marchó. Ben observó su marcha, sumido en sus pensamientos.

En ese momento, Lisa, con su hija en brazos, se acercó a Ben, aún conmocionada. "¿Qué fue lo que acaba de pasar exactamente?".

"Tal vez el conde Hans se haya metido en un buen lío esta vez", sonrió Ben de repente, siniestramente.

Mientras tanto, Wilbur parecía estar de buen humor mientras paseaba de vuelta al hotel.

Efectivamente, Ben tenía alguna idea de lo que estaba ocurriendo. Con una pista ahora, probablemente podría resolver las cosas cuando fuera a ver a ese tal conde mañana. En cuanto al resto, Wilbur no se preocupó demasiado. Siempre estaba dispuesto a enfrentarse a los retos, adaptándose a lo que se le presentara.

Observando su expresión, Wilbur habló suavemente: "¿Es por la situación de tu hermano? ¿Sigue sin resolverse?".

"Sí, pero mi papá y su gente ya lo están resolviendo. No hablemos de esto. ¿Qué tal si nos tomamos un par de copas?". Los ojos de Elise revelaban una profunda preocupación.

Wilbur asintió con la cabeza. "Claro".

Inmediatamente, Elise pidió una botella grande de güisqui y los dos empezaron a beber un vaso tras otro. Al poco rato, Elise se tambaleó y se desmayó, apoyándose contra Wilbur.

Wilbur suspiró. "Con una tolerancia tan baja, ¿para qué beber?".

Se levantó de mala gana para pagar la cuenta y cargó a Elise hasta la recepción del hotel, con la intención de conseguirle una habitación. Pero entonces, una voz le gritó con furia: "¿Quién eres? ¡Baja a Elise!".