Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1519

Al mismo tiempo, en la Mansión Rocher, los miembros principales de la familia estaban de pie en la sala de estar, claramente indignados. Sawyer parecía particularmente asesino. De no haber sido porque su padre lo detuvo, ya se habría rebelado.

Incluso el propio Seamus tenía el rostro ceniciento.

Podía hacer la vista gorda ante cualquier cosa que hicieran los Nees, siempre que no se hiciera pública. Al fin y al cabo, lo que buscaba eran sus negocios y sus bienes.

Pero la foto se había publicado en una red social, y los Rocher iban a ser el hazmerreír si no respondían.

"Seamus, los Nees claramente no nos respetan. Tenemos que acabar con ellos por la fuerza o vamos a ser el hazmerreír de todos".

"¡Así es! Debemos acabar con ellos. Olvídate de ir más allá".

"¡Vamos a por ellos! Golpearon a Sawyer, mataron a Chad, ¡y ahora nos humillan así!".

Los Rocher estaban enfurecidos y Sawyer parecía a punto de estallar mientras se paseaba por el salón como un toro.

Parecía dispuesto a desgarrar a Sarah miembro a miembro.

Sawyer tampoco se había sentido nunca tan humillado. Era su futura esposa. Iban a casarse en solo dos días.

Sarah prácticamente le había engañado, y él estaba indignado.

Seamus dijo fríamente: "Esta vez no es culpa nuestra, esa jovencita realmente ha ido demasiado lejos. ¿Anciano Fornst?".

"Sí", dijo Chandler.

"¿Podría hacer un viaje a la mansión Nees con Sawyer y asegurarse de que paguen por lo que han hecho?".

"¿Hasta dónde quieres llevar esto?", preguntó Chandler con una sonrisa.

"Que emitan una disculpa pública y nos compensen con todos sus negocios y bienes. Si no, pagarán con la vida de Sarah. Que se diviertan eligiendo lo que quieran".

"Claro. Iré ahora mismo", sonrió Chandler, poniéndose en pie.

"¿Sabes siquiera lo poderoso que es un cultivador de nivel Santuario?", preguntó Warner, temblando por todo el cuerpo.

Justo entonces, se oyó un fuerte grito desde fuera. "¡Salgan de aquí, Sarah Nees y Wilbur Penn! ¡Están acabados!".

Al mismo tiempo, Seamus irrumpió en el salón con Chandler y otra docena de guardaespaldas a cuestas.

Sawyer le gritó a Sarah de inmediato. "¡Debes tener ganas de morir, Sarah! Mátala".

Chandler sonrió, dando un paso adelante.

El salón se llenó de presión espiritual, provocando vientos feroces y torrenciales.

Chandler dio otro paso adelante, y todos apenas podían respirar bajo la presión que se abatía sobre ellos.

Los Nees se desplomaron en el suelo al tercer paso, incapaces de soportar la abrumadora presión espiritual.