Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1524

Los Nees lo miraron horrorizados. ¿Podría todavía tener algún as bajo la manga?

Wilbur miró a Chandler con calma.

Chandler se acercó a Wilbur, haciendo una profunda reverencia. "Gracias por perdonarme la vida, señor".

"Eres un cultivador, igual que yo. Te dejé vivir porque sé lo difícil que es cultivar y porque, de todos modos, nunca me has ofendido", dijo Wilbur.

Chandler asintió, inclinándose una vez más antes de dirigirse a Sawyer. "Vamos, dale las gracias al señor Penn".

"Gracias por perdonarme la vida, señor Penn", dijo Sawyer, aterrorizado.

"Eso es todo entonces. Deberían saber que no deben volver a meterse con los Nees después de esto".

"Estoy seguro de que ya nadie se atreverá a desafiar su poder, señor. Ya me voy entonces".

Chandler se inclinó una vez más y se dio la vuelta para marcharse.

Sawyer se apresuró a seguirlo, sin atreverse a quedarse ni un segundo más.

La docena de hombres que venían con ellos también se marcharon a toda velocidad.

Habrían huido desde el principio si no les hubiera aterrorizado la idea de ser castigados por los Rocher y, sinceramente, era impresionante que hubieran aguantado tanto tiempo.

Wilbur miró a los Nees. "¿Ven? Les dije que habría una solución perfecta".

Los Nees veían ahora a Wilbur como un dios y todos se apresuraron a inclinarse ante él. "Sentimos mucho haberle faltado al respeto antes de esto, señor. Por favor, perdone nuestra estupidez".

Warner, Jenson y Anthony inclinaron la cabeza, llenos de un millón de pensamientos.

Los problemas de los Nees realmente se habían arreglado y los Rocher nunca se atreverían a meterse con ellos teniendo a Wilbur cerca.

En vista de lo poderoso que era Wilbur, sin duda era posible que él fuera el novio de Faye.

Los Nees comprendieron por fin por qué alguien como Faye salía con un Wilbur de aspecto corriente.

Él era la élite de las élites y Faye podría ser incluso la que estaba saliendo con alguien fuera de su liga.

Esto también significaba que los problemas financieros ya no eran preocupaciones.

Con lo poderoso que era el Cabo, ayudar a la Corporación Nees no era gran cosa.

Todos los problemas se habían solucionado.