Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1544

Él estaba muriendo, su hijo estaba muerto y su familia estaba condenada.

Su familia estaba completamente acabada. Nadie dejaría escapar a la familia Rocher en esta situación.

En particular, sus enemigos, que estaban allí de pie y viendo la caída de la familia con sus propios ojos.

Seamus escupió una bocanada de sangre mezclada con fragmentos de órganos. Luego, su cabeza se inclinó hacia atrás, completamente desprovisto de cualquier signo de vida.

Después, su cuerpo se descompuso rápidamente y pronto se convirtió en un charco de líquido maloliente.

Wilbur sacudió la cabeza mientras miraba la daga voladora que tenía en la mano. Era algo asombroso.

En ese momento, la mirada de todos se centró en Wilbur.

No podían entender cómo un hombre tan joven podía ser tan poderoso y aterrador.

Con un solo movimiento casual, Seamus, que poseía un poder del nivel Santuario, se había convertido en un charco de sangre. Ese tipo de poder era realmente aterrador e inolvidable.

Se hizo el silencio en la entrada de la mansión.

Después de mucho tiempo, Warner condujo a los miembros de la familia Nees. Todos se pusieron en formación mientras se inclinaban profundamente ante Wilbur, diciendo al unísono: "Gracias, señor, por salvar una vez más a la familia Nees del peligro. Su gran amabilidad nunca será olvidada por nosotros".

Wilbur miró a los miembros de la familia Nees y dijo con ligereza: "No hay necesidad de ser tan cortés. Les prometí que resolvería sus problemas, así que es natural que haya sido así".

Los miembros de la familia Nees volvieron a inclinarse profundamente, llenos de inmensa gratitud.

En ese momento, los peces gordos de la Ciudad Hemount se acercaron a Wilbur y se pusieron en fila para hacerle una reverencia al mismo tiempo.

Un hombre tan poderoso merecía todo su respeto.

Sabían que la situación en la Ciudad Hemount cambiaría por completo a partir de esa noche. La familia Nees se alzaría.

Wilbur miró a aquellos peces gordos y les dijo: "No hay necesidad de esto. No hay nada entre nosotros".

Antes de que alguien pudiera reaccionar, decenas de vehículos blindados se aproximaron a toda velocidad.

Inmediatamente después, doscientos o trescientos agentes especiales completamente armados descendieron de los vehículos y rodearon a todo el mundo con munición real.

Un hombre de unos cuarenta años salió de entre los agentes. Llevaba un uniforme de agente especial y un parche de comandante en el hombro. Miró a todos con frialdad: "Que nadie se mueva. Somos los agentes especiales de la Ciudad Hemount. Soy el comandante, Pembroke Wells. Sospecho que aquí ha habido un asesinato deliberado. Todos deben someterse a una investigación".

Todo el mundo estaba aturdido por este repentino giro de los acontecimientos. ¿Por qué los agentes especiales aparecerían casualmente justo en este momento?

Además, también estaban llevando a cabo una operación a tan gran escala. Nadie creería que no era algo preparado de antemano.

También representaban la autoridad oficial del estado. Por muy fuerte que uno fuera, aunque estuviera en el nivel Santuario, no se atrevería a enfrentarse a ellos tan abiertamente.

Detrás de los agentes especiales estaba el poder del estado. ¿Quién se atrevería a provocar tal poder?

"¿Quién es Wilbur?". Pembroke preguntó fríamente.