Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1702

“¡No está mal, joven! Estas cristalizaciones de los insectos de Marte me son muy útiles…”.

Al entrar en el Altar del Dragón, la voz del Dios Dragón sonó antes de que Wilbur pudiera siquiera contribuir con los insectos de Marte.

Wilbur miró fijamente al altar. “Con lo emocionado que suenas, espero que los puntos de gracia que consiga correspondan con tu energía, o me estarías vacilando”.

Arrojó los doce insectos de Marte al altar.

Para sorpresa de Wilbur, cada insecto valía cien puntos de gracia. Doce de ellos significaban mil doscientos puntos de gracia.

Wilbur se quedó mirando la nueva adición al reloj de arena, abrumado por la emoción. Después de todo, era la primera vez que conseguía tantos puntos de gracia.

“Ahora puedes elegir entre tres cosas. Uno, ¡una píldora que puede extender la duración de tu Visión Mental! Dos, ¡una fórmula para mejorar tus habilidades de tipo trueno! Tres, ¡una píldora para mejorar otras habilidades! Sus precios son mil doscientos puntos de gracia, mil puntos de gracia y ochocientos puntos de gracia”.

Wilbur puso los ojos en blanco.

El Dios Dragón no era diferente de cualquier empresario astuto y sin escrúpulos, subiendo los precios precios como le daba la gana.

“Hoy no estoy de humor para ir de compras. Volveré la próxima vez”.

A decir verdad, Wilbur se sintió un poco tentado por la Visión Mental ampliada. Después de todo, era la forma más poderosa de sentido espiritual que estaba aprendiendo.

“¡Señor Penn! He recibido órdenes de darle la bienvenida a la ciudad. Los hombres de Mondorrra lo están buscando y aquí no estará seguro. Además, las dos chicas lo esperan en la mansión. Solo podrán entrar en el vecindario si siguen mi coche”.

Wilbur asintió a las palabras, acelerando el motor para seguir detrás de la limusina de la dama. Atravesaron la ciudad, llegando rápidamente frente a un vecindario de mansiones rápidamente frente a un barrio de mansiones en un lugar sorprendentemente tranquilo entre el bullicio.

Tras verificar sus identidades, los guardias de seguridad les permitieron el acceso.

Nada más entrar, Wilbur vio a Lacey y Eliana bailando en la sala de estar de la mansión.

“¡Wilbur!”.