Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1752

Por supuesto, Marie se alegraría de que Wilbur pudiera comprar las antigüedades y regresarlas a Dasha al final.

Sin embargo, siendo realistas, también sospechaba si él podría o no permitirse las costosas antigüedades.

Había sido una subasta principalmente de antigüedades de Dasha, muchas de ellas procedentes de antiguas dinastías. Wilbur había pujado por diez de las once antigüedades, dejando a muchos asistentes estupefactos.

Después de todo, Pilsey no era más que una pequeña ciudad de Cametra. A pesar de que las vistas eran asombrosas, no vivía mucha gente rica. Wilbur pujó por antigüedades por valor de unos veinte millones de dólares, lo que sin duda era una suma enorme para la mayoría de los presentes.

Sin embargo, esta gente no conocía la verdadera identidad de Wilbur como propietario de Cabo Internacional. Veinte millones de dólares no eran nada para alguien como él.

A Wilbur no le importó demasiado gastarse el dinero en diez antigüedades e incluso quiso seguir pujando.

Sin embargo, justo en ese momento, Harold, el mayordomo de Marie, se acercó a Wilbur.

La subasta seguía en pleno apogeo y Harold se inclinó respetuosamente ante Wilbur. “Señor, ¿podría pedirle si es tan amable de pagar los veinte millones de dólares que ha gastado en la subasta?”.

“Este dinero es realmente importante para nosotros, señor. Espero que pueda entenderlo”.

Wilbur sonrió. Comprendía lo que Harold estaba insinuando con sus palabras. Después de todo, se había dado el caso de alguien de Dasha antes de negarse a pagar y causar un problema en la subasta.

No es que fuera lo más terrible. En primer lugar, esas antigüedades, pertenecían a Dasha y habían acabado en el extranjero debido a algún accidente.

Pero se trataba de una subasta privada. ¿Quién sabía por cuántas manos habían pasado esas antigüedades? Al fin y al cabo, la gente que poseía estas antigüedades seguía pagando por poseerlas. Si hubiera sido una subasta organizada por el gobierno de Cametran, Wilbur se habría negado a pagar ni un céntimo.

Como se trataba de una subasta privada, era justo que Wilbur pagara lo que pujó.

“Por supuesto que lo entiendo. Déjeme pagarle ahora”.

Harold salió de la habitación y regresó al club, vigilando la subasta mientras continuaba.

Wilbur pujó por los veinte objetos de Dasha que se habían subastado. Ya se habían subastado un total de treinta objetos, y solo quedaban los seis últimos.

Los seis objetos restantes eran dos óleos de mediados de siglo, una daga de oro, dos armaduras y una roca negra.

Wilbur no pujó por los óleos. Buscó en la daga dorada y en las dos armaduras y descubrió que había un poco de energía espiritual oculta en ellas. Al descubrirlo, compró los tres objetos.

El último objeto subastado era una gran roca negra de casi cien kilos. Tres miembros del personal la llevaron al escenario y la colocaron en el podio.

El maestro de ceremonias dijo. “¡Señoras y señores, echen un vistazo a la estrella de la subasta de esta noche! ¿Alguno de ustedes quiere adivinar qué tipo de roca es y de dónde procede?”.

“Es una roca de jade, así que debe de ser de una mina”.