Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1809

Wilbur volvió corriendo a Aidemento, donde Tina se lanzó a los brazos de Wilbur en un abrazo lleno de lágrimas antes de contarle todo lo que había pasado.

Wilbur asintió. "Ya veo. Parece que los Jonan no han renunciado aún a buscar esos guantes. Prepárate, vendrán más élites".

El poder de la destrucción y el poder de la luz eran dos fuerzas desconocidas por muchos, e incluso la mayoría de los cultivadores no sabían de ellas.

Los guantes fabricados con meteorito contenían el poder de la luz, y esa gente debía saberlo por lo mucho que buscaban los guantes. El Santo era capaz de controlar tanto el poder de la luz como el de la destrucción, lo que significaba que también era un oponente poderoso.

Media hora más tarde, apareció una poderosa oleada de energía espiritual. Wilbur estaba en el balcón, vigilando la puerta. Al poco tiempo, un hombre calvo vestido con una túnica negra y cejas de un rojo intenso apareció caminando hacia el balcón.

"Tú debes de ser Wilbur Penn".

Wilbur miró al hombre que estaba detrás del Santo. "Walton Jonan, y tú, el Santo".

El Santo no dijo nada, pero Walton se sobresaltó. "¿Sabes quién soy?".

"Me disculpo. Vi tu foto en casa de la señora Marie. Escuché que estuviste tratando de usar la fortuna de la familia Walton, ¡y hasta maldeciste a Albus Jonan usando hechicería maligna! Es una pena que eso no sucederá".

"¡No, eso es imposible!". Walton abrió los ojos con incredulidad.

"No debiste ayudar a Albus, Wilbur. Le dije a Greg que te advirtiera que no te metieras en los asuntos de mi familia. Como no quisiste escuchar, ¡hoy será tu último día de vida! Una vez que estés muerto, ¡voy a seguir torturando a Albus y a su familia hasta que todos tengan una muerte dolorosa!".

"¿Tú? ¿Cómo vas a hacer eso? ¿El Santo?".

"¡No olvides los sacrificios que te dimos, Santo! Gasté tanto dinero y esfuerzo en conseguirlos para ti, y yo...".

Antes de que Walton pudiera terminar su frase, el Santo lo había jalado. El Santo absorbió a Walton en su cuerpo al segundo siguiente, haciendo que el pecho del Santo resonara mientras una ola de energía recorría su cuerpo. Poco después, el esqueleto de Walton fue expulsado y un montón de huesos se esparció por el suelo.

Sopló una brisa y Wilbur sonrió con frialdad. "No está mal. Parece que Walton Jonan ya no te sirve, así que lo mataste".

"Nadie puede amenazar a un cultivador. El tipo era muy ruidoso. Matarlo me daría algo de paz y tranquilidad. Ambos somos cultivadores aquí, Wilbur Penn. Voy a darte una oportunidad. Dame los guantes y no te mataré".

"¿Y si no quiero hacerlo?", dijo Wilbur fríamente.

La mirada del Santo brilló de forma asesina, y la energía espiritual estalló de su cuerpo. "Si insistes en tus formas, te prometo que tú y todos en este edificio morirán por tu estupidez".