Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1865

Justo en ese momento, la madre de Tina salió al balcón cojeando con su bastón y una mirada bondadosa en los ojos. "Wilbur es un buen hombre al que puedes confiar el resto de tu vida. No haré que pierdas tu felicidad solo por ser egoísta".

"Madre...".

A Tina se le llenaron los ojos de lágrimas. Se había enamorado profundamente de Wilbur durante el tiempo que pasaron juntos, pero su madre siempre había estado en su mente. Tina se sintió conmovida al escuchar las palabras de su madre, pero aun así negó con la cabeza.

"¿Qué pasa? ¿No quieres eso?".

Las lágrimas corrían por las mejillas de Tina mientras sollozaba. "Eres mi madre y no puedo abandonarte. Si de verdad quieres que viva con Wilbur en Dasha, me gustaría que vinieras conmigo. ¿Podemos ir juntas a Dasha, madre?".

La madre de Tina miró el sol que se ocultaba mientras sus ojos se volvían vidriosos. Un rato después, se dio la vuelta para irse en silencio. Aidemento era el lugar donde ella y su amante habían pasado su vida juntos, y la ciudad guardaba demasiados recuerdos para que ella la abandonara.

La verdad era que Tina había comprendido las intenciones de su madre en el momento en que se dio la vuelta. Tina vio cómo su madre abandonaba el balcón, consciente de que ya era hora de que se despidiera de Wilbur y pusiera fin a su relación.

Tina se secó las lágrimas y miró a Wilbur. "¿Ves? Mi madre no vendrá a Dasha con nosotros. Lo siento".

Tina quería decir palabras más duras para que Wilbur supiera que tenía que retroceder, pero al final no se atrevió. Sollozó en voz baja, ahogando una disculpa y dándose la vuelta para marcharse.

"Espera, Tina. ¿Quizá podríamos intentarlo de nuevo? Tu madre podría cambiar de opinión".

"Oh, no es nada. Solo limpié un poco".

Wilbur comprendió las intenciones de la anciana y no dijo nada mientras mantenía la cabeza inclinada. Por fin, la madre de Tina dejó escapar un suspiro. "Ya sabes que mi hija es muy testaruda, Wilbur. No puede dejarme ir. Te seré sincera. Me doy cuenta de que ella te quiere mucho. No quiero que pierda su propia felicidad por mi culpa, y espero que puedas hablar con ella para que se vaya a vivir contigo a Dasha".

Wilbur estaba a punto de hablar cuando una figura pasó corriendo por delante de la puerta. Salió corriendo para ver quién era, pero no había nadie a la vista.

Por supuesto, Wilbur pudo reconocer a Tina en un abrir y cerrar de ojos.

Había una carta y una caja de regalo en el suelo. Wilbur abrió la caja y vio un par de muñecos de arcilla, uno de él y otro de Tina. Recordó la vez que él y Tina visitaron un negocio de muñecas de arcilla hechas a mano cuando fueron a comprar un traje, y Tina le dijo que le encantaban. Wilbur respiró profundamente y abrió la carta.