Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1916

Ralph se desató la corbata, sonriendo con satisfacción. "Barney estaba enamorado de una chica llamada Annie hace diez años, pero un día, Annie se suicidó. Yo siempre supe la razón, pero Barney no. Él quería saberlo, así que finalmente le di una respuesta".

Wilbur miró asombrado a Ralph. "¿Qué? ¿Barney se suicidó?".

Ralph dijo. "Le dije que Annie estaba enamorada de mí, no de él. Rechacé a Annie con crueldad y ella no pudo soportarlo. Por eso se suicidó. Debe saber lo hermoso que es el amor para un hombre y una mujer jóvenes, señor. Esa chica había sido todo el mundo para Barney, pero yo también lo engañé".

"¿Le mentiste?".

"Así es". Ralph no parecía más que un engreído, parecía extremadamente seguro de sí mismo cuando se trataba de hablar de mujeres. "La verdad era que Annie también estaba enamorada de Barney. Ella sabía que Barney y yo éramos íntimos, así que vino a buscarme por su cuenta con la esperanza de que yo la ayudara a darle a Barney su carta de amor".

"Tomé su cuerpo en mi misma casa, y ella se ahorcó poco después".

Ralph sonrió satisfecho ante el cadáver de Barney. "Es una pena que Barney no lo supiera, y ahora se pegó un tiro por algo tan estúpido que ocurrió hace diez años".

"¿Qué? ¡Cómo pudiste!".

Wilbur agarró a Ralph por el cuello, sin esperar que aquel hombre de aspecto tan estudioso fuera un monstruo.

Ralph se apresuró a explicarse. "¡No, señor Penn, espere! ¡Barney tampoco es bueno! ¡Ha matado a mucha gente y se ha acostado con muchas mujeres! ¡Él también se merece morir! ¡Su muerte no merece ni una pizca de compasión!".

"¡Piérdete!".

Wilbur soltó a Ralph. "¡Vete a la mierda en este mismo segundo, y no quiero verte nunca más!".

"Gracias, señor".

Ralph se agarró el cuello bruscamente, estirando la mano para agarrar a Demetra. Demetra sostuvo la mano de Ralph, observándolo en silencio. "Vamos, David. Basta ya y regresa aquí".

David regresó al cuerpo de Demetra. El cuerpo de Ralph se había convertido en un desastre y se había caído contra la pared. Estaba claro que habían acabado con su vida y miraba fijamente a Demetra mientras se desvanecía la última luz de sus ojos y daba su último suspiro.

La expresión de Demetra se torció, y David dijo. "Mantener a un bastardo como ese cerca solo sería un peligro para el mundo, estaría mejor muerto".

Wilbur se acercó entonces. "¿Están bien?".

"Estamos bien, señor Penn".

"Muy bien".