Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 1997

Después, una enorme red eléctrica se expandió rápidamente, llegando a las profundidades de la niebla en menos de un minuto.

"¿Qué... qué están haciendo?". Tracy miró a Wilbur, y en ese momento, Wilbur pudo ver cómo esas esferas se movían rápidamente.

Wilbur detuvo rápidamente a Tracy, que quería avanzar, diciendo: "Rápido, retrocede".

Las posiciones en las que estas esferas aparecieron estaban bastante cerca de las profundidades del Valle Wearson, lo que demostraba que su fuerza superaba a la de los humanos, las serpientes y los hombres lobo. Por lo tanto, Wilbur pensó que ser cauteloso y estar alerta no estaría mal.

Pero justo entonces se produjo una escena inesperada. Las esferas del suelo se abrieron sucesivamente, se levantaron y aparecieron ante ellas criaturas de apariencia humanoide. Estas criaturas humanoides medían casi dos metros de altura.

Su aspecto exterior parecía ser una armadura, mientras que su verdadera forma era una piel gris y arrugada. A medida que más y más criaturas humanoides despertaban, se fueron fijando en Wilbur y Tracy. Rugían furiosamente, al parecer descontentos por la intervención de Wilbur y Tracy.

Los humanoides siguieron caminando hacia Wilbur y Tracy. Wilbur levantó su cuchilla de trueno y lanzó un ataque hacia ellos. Sin embargo, el aura formada por la energía espiritual del rayo fue absorbida por los cuerpos humanoides en cuanto hicieron contacto.

Al mismo tiempo, los humanoides afectados por la energía parecieron saborear algo delicioso y emitieron sonidos de sorpresa. Inmediatamente, varios de ellos corrieron hacia Wilbur y Tracy a una velocidad sumamente rápida.

"¡Trueno cuádruple!".

Tracy se alejó rápidamente detrás de Wilbur. En ese momento, la marca de la feroz cabeza de dragón en la espalda de Wilbur se iluminó, y una fría corriente de poder destructivo fluyó por el cuerpo de Wilbur. Luego, se dispersó y se condensó en una armadura.

Al instante siguiente, Wilbur sacó su alabarda de bronce y la llenó del poder de la destrucción. En un instante, la alabarda de bronce se volvió negra. Mirando a las criaturas humanoides que corrían hacia él, Wilbur blandió la alabarda de bronce sin vacilar.

Inmediatamente, una poderosa intención asesina lo atravesó y partió en dos a la docena de criaturas humanoides que tenía delante. Las criaturas humanoides que estaban al mando lanzaron rugidos de rabia.

Como si hubieran escuchado las órdenes de su comandante, las criaturas humanoides avanzaron como una marea y rodearon rápidamente a Wilbur.