Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 20

Ahora fue Wilbur quien se quedó callado. Pasó un rato antes de que dijera: "Entonces, supongo que sabes lo que pasó".

"Sí".

"Espero que no me culpes", dijo Wilbur disculpándose.

Chelsea dijo débilmente: "No te culpo. Recibieron su merecido. Yvonne me llamó hace un rato para que me acercara a ti".

Wilbur se quedó atónito por un momento e inmediatamente comprendió lo que ella quería decir. "Bueno, entonces ven aquí. Yo también tengo algo que hablar contigo".

"Sé que ellos solo quieren utilizarme y tú también lo sabes", dijo Chelsea.

Wilbur asintió. "Lo sé, pero debes saber que te veo a ti y a la familia Willow como dos entidades separadas. Me gustaría que trabajaras como la asistente de Faye Yves. Puedes aprender algunas cosas nuevas. Esto no tiene nada que ver con los Willow".

"¿Me dejas pensarlo? No sé qué hacer ahora mismo". Él podía percibir claramente la ansiedad de Chelsea a través del teléfono.

Wilbur frunció el ceño. Al fin y al cabo, Chelsea seguía siendo parte de la familia Willow.

Esto podría causarle mucho estrés.

Los Willow querían utilizarla para acercarse a él. Mientras tanto, él veía algo en ella y quería ayudarla.

Basándose en su comprensión de Chelsea, ella tendría dificultades para aceptar el hecho de que estaba siendo utilizada. Por eso se mostró vacilante.

Wilbur se detuvo un momento y luego dijo lentamente: "Está bien. Piénsalo. Puedes llamarme cuando quieras".

"Mmjm". Chelsea terminó la llamada y Wilbur finalmente dejó escapar un largo suspiro.

Faye rellenó su taza y dijo alegremente: "Parece que las cosas no funcionaron, ¿eh?".

"¿Qué se supone que significa eso?". Wilbur giró los ojos hacia Faye.

Faye sonrió levemente y no se lo tomó en serio; al contrario, parecía orgullosa de ello.

Wilbur sacudió la cabeza. "Voy a descansar un poco. Haz lo que necesites".

Luego, se retiró a su habitación y se puso a meditar.

"¿Qué pasó?". Yvonne preguntó débilmente.

"Acaban de llamar del banco. Dicen que no nos van a renovar el préstamo de tres mil millones de dólares y quieren que les paguemos antes de la fecha límite".

"¿Qué?".

El rostro de Yvonne palideció de inmediato.

La familia Willow tenía más de diez mil millones de dólares en activos, pero no todo les pertenecía.

Tenían un préstamo de cinco a seis mil millones de dólares de varios bancos. La empresa podía funcionar con normalidad precisamente gracias a ese dinero.

Exigirles que devuelvan el préstamo y no lo renueven les causaría problemas sin duda.

"¡Diles que no tendremos dinero para pagarles si no renuevan el préstamo!", rugió Yvonne.

"Dijeron que si no les pagábamos a tiempo, tendrían que tomar la vía legal y sacar a subasta los activos de la empresa", respondió la persona de la llamada en tono cauteloso.