Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 202

Era más de medianoche cuando Faye y Wilbur llegaron a casa. Los dos charlaron un rato y luego se dirigieron a sus habitaciones a descansar.

Wilbur recibió un mensaje de Elsa poco después de volver a su habitación. No había podido encontrar ninguna pandilla o noticia relacionada con el tatuaje de la calavera.

Wilbur frunció el ceño y se paseó por su habitación. Algo le decía que había algo más de lo que se podía ver.

De repente, pensó en su supervisor. Seguro que el departamento tendría una mejor base de datos.

Sin embargo, ¿su supervisor no estaría ya en la cama a estas horas?

Wilbur se aguantó las ganas de llamarlo y se fue a la cama.

A la mañana siguiente, Wilbur se levantó y se preparó, bajó a la sala de estar y saludó a Faye.

Cuando Faye se fue a trabajar, Wilbur sacó el teléfono y buscó el contacto de su supervisor.

Se lo pensó un poco y luego pulsó el botón de llamada.

"¡Hola, Diácono Penn! Soy la supervisora Beverly Torres, a su servicio". Sonó la voz nítida de Beverly en la línea.

Wilbur se aclaró la garganta. "Hola, Beverly. Últimamente han ocurrido dos cosas a mi alrededor, en las que las dos personas implicadas eran capaces de utilizar una especie de poder llamado sacrificio de 'culto de sangre' para aumentar su energía espiritual. Incluso tenían un cántico de culto, 'Sangre para el Dios de la Sangre, Calavera para el Trono de Calavera'. También tienen el mismo tatuaje de calavera en el pecho. ¿Puedes ayudarme a averiguar si pertenecen a algún tipo de grupo y cuál es su objetivo?".

"Por favor, deme un minuto, ahora mismo voy".

La llamada no se desconectó, así que Wilbur esperó en silencio.

Unos dos o tres minutos después, Beverly volvió a hablar.

"Diácono Penn, he encontrado algo".

Wilbur se sorprendió. Había sido muy rápido.

"¿Tienes alguna información sobre el Culto de la Calavera en el país? Como dónde está su cuartel general, o algo por el estilo".

"Lo siento mucho, pero no encuentro nada al respecto".

"Está bien entonces. Adiós, Beverly".

"Adiós, Diácono Penn. Que tenga un buen día".

Wilbur colgó la llamada, suspirando pesadamente.

Realmente parecía que el Culto de la Calavera era más de lo que parecía.

Al mismo tiempo, en una de las salas de reuniones secretas de Ciudad Seecher, Albert sonrió al oír la conversación.

Miró a los dos ancianos que estaban a su lado. "¿Ven? Ahora está involucrado. Él puede manejar el Culto de la Calavera de aquí en adelante".