Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2087

Wilbur se detuvo de repente cuando escuchó eso. Apretó la mandíbula y miró al anciano. Reprimió su ira y se dio la vuelta, diciendo: "Te lo ruego, señor. Por favor, dime dónde está el octavo caldero".

"Entonces, ¿de verdad quieres saber dónde está el octavo caldero? Está bien. Espera aquí".

Wilbur esperó un minuto. De repente, el flotador en la superficie del agua se movió. El anciano tiró de la caña de pescar y sacó una carpa que pesaba alrededor de tres kilogramos.

La carpa se agitó en el hielo. Se podían escuchar fuertes y audibles golpes desde el hielo. El anciano se sentó ahí como si no tuviera prisa por matar al pez. Miró a Wilbur y dijo: "Ve y agarra el pez. Si puedes agarrar el pez, te diré dónde está el octavo caldero del dragón".

"Está bien, señor. Tú lo dijiste, así que no me culpes por ello".

Wilbur caminó hacia la carpa y se agachó para agarrarla. El anciano dijo: "Espera, olvidé decírtelo. Son las reglas de siempre, no puedes usar tu energía espiritual u otros poderes. Solo puedes agarrar el pez con tu fuerza física".

"Está bien. Lo haré ahora mismo".

Entonces, Wilbur sujetó la carpa con ambas manos. La carpa era poderosa, pero Wilbur logró mantenerla quieta. Sin embargo, la carpa se movió de repente mientras intentaba levantarla. El pez estaba resbaladizo y Wilbur tropezó, dejando caer la carpa al suelo.

"¡Maldita sea! ¡No te dejaré escapar!".

Wilbur se agachó para agarrar el pez nuevamente. Lo intentó más de diez veces, pero no parecía poder agarrar el pez en absoluto. Por lo tanto, se sintió muy decepcionado. El anciano sonrió y dijo: "Ja, ni siquiera puedes ganar contra un pez, pero quieres buscar el octavo caldero del dragón. Qué chiste. No me culpes por esto. No es que no quiera decirte dónde está el octavo caldero del dragón, pero me preocupa que si te lo digo, no podrás regresar. Estoy tratando de salvarte la vida, tonto".

"Entiendo".

Wilbur regresó a la cabaña y siguió cortando leña. Siguió practicando y sudando como un loco. Sin embargo, siguió blandiendo el hacha como si no estuviera cansado.

Sin darse cuenta, ya había caído la noche. El anciano agarró dos carpas y se acercó a Wilbur. Le pasó las carpas a Wilbur, luego tomó el hacha. Dijo: "Hay muchos métodos para cortar leña, pero ninguno de ellos funcionaría sin fuerza. La fuerza es crucial".

Entonces, el anciano blandió el hacha, partiendo instantáneamente la madera en dos. Wilbur se quedó ahí incrédulo. No percibía ninguna energía espiritual ni ningún poder espiritual del anciano.