Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2101

Wilbur agarró la mano del anciano. Al segundo siguiente, el anciano volvió a apretarla. Wilbur hizo fuerza en sentido contrario, empujando contra la fuerza del anciano. Sin embargo, el anciano no tardó en arrastrar a Wilbur hacia atrás desde otro punto de fuerza, arrojándolo pesadamente contra el suelo.

"No está mal, pero aún te falta un poco. Sin embargo, te estás quedando sin tiempo. Si no nos ponemos en marcha pronto, los tritones vendrán a buscarnos. Si muchos de ellos vienen aquí, nuestro mundo podría estar acabado".

Wilbur se puso de pie. "Entonces, irías aunque yo no fuera, ¿verdad?".

"Exactamente. Ahora escucha, te contaré el secreto de la lucha libre. Primero, debes encontrar un punto fijo. Luego, debes defenderte en la dirección opuesta a la fuerza que realiza tu oponente. Por último, adáptate mientras luchas. Eso resolverá la mitad de tus problemas".

"Ya veo. Gracias, señor. Lo recordaré".

"Vámonos".

El anciano se puso en marcha y Wilbur se apresuró a seguirlo. Los dos caminaron en fila y llegaron rápidamente al pie del monte Taite. Respiraron profundamente y comenzaron a subir. Debido a que el camino estaba cubierto de nieve en su mayor parte, la subida fue toda una aventura.

Los dos hombres tardaron dos horas en llegar a la cima. La brisa de la montaña soplaba en el aire mientras miraban hacia abajo. En la entrada del volcán se había formado un enorme lago. Por alguna razón, el agua del lago tenía un turbio color negro. Wilbur lanzó una piedra hacia abajo y pudo ver que el lago tenía una profundidad prácticamente infinita.

"Señor, este lago parece muy profundo", dijo Wilbur.

"No tenemos mucho tiempo. ¡Déjate de tonterías y vámonos!".

El anciano dijo: "Las cosas son muy diferentes en el mundo de los tritones. El agua aquí es más ligera, y ligeramente más densa que el aire, por lo que no apagará tu voz".

Justo cuando las palabras del anciano sonaban en el aire, dos tritones con horcas en la mano se acercaron nadando. Uno de ellos murmuró algo y ambos apuntaron con sus armas a los dos hombres. El anciano se inclinó ante los dos tritones y les dijo unas palabras en su lengua.

Los dos tritones intercambiaron miradas y finalmente bajaron la guardia. Agitaron sus horcas hacia Wilbur y el anciano, haciéndoles señas para que los siguieran.

Wilbur estaba confuso. "¿A dónde nos llevan, señor?".