Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2127

Miller sabía que Wilbur lo estaba molestando y sonrió. "De cualquier manera, no puedo regresar. Hagin me da asco, y prefiero ser una persona libre aquí que seguir siendo su esclavo allá. Qué hermoso es disfrutar del sol, la lluvia y el viento a medida que pasa el tiempo. Creo que me acostumbraré con el tiempo".

El anciano se sentó en el hielo. "Si estás dispuesto a quedarte en Gelsa, creo que podríamos ser amigos".

"Gracias. Escuché lo complicado que es el reino humano, y que Gelsa es prácticamente tierra de nadie. Los humanos pueden haberlo olvidado hace mucho tiempo, pero creo que es un lugar bastante agradable para que nos quedemos".

El anciano asintió. Como alguien que había estado aquí por décadas, sabía que Miller estaba tratando de ganarse su favor. Resultaba que al anciano también le hacía falta compañía y, por lo tanto, le tendió una mano. "Bienvenido, Comandante Miller. Ahora seremos amigos".

Miller estrechó la mano del anciano. "Gracias. Puedes llamarme Miller".

"Claro, Miller. Pero no creo que alguien como tú necesite pescar así, ¿no?".

Miller se encogió de hombros. "Supongo que me preocupaba que te pareciera extraño. Después de todo, este es el reino humano. Además…".

Wilbur intervino. "Oh, ¿tú eras el que estaba afuera de la casa anoche?".

"Sí, era yo. Tu comida olía increíble y me llamó la atención".

Los tritones vivían bajo el agua. Si bien había cultivadores de tipo llama, solo pensaban en usar el fuego en las batallas y nunca pensaron en usarlo para cocinar. El reino de los tritones podía ser civilizado, pero aún estaban muy lejos del reino humano.

Durante los siguientes tres días, Miller ayudó al anciano a pescar algunas herramientas útiles en el pueblo de Gelsa en el fondo del lago. Todas fueron de gran ayuda para su vida en Gelsa, pero lo que más le gustó al anciano fue el anillo de diamantes.

El anillo tenía el nombre de Jenny grabado y la mente del anciano se inundó de recuerdos cuando lo miró. Después de todo, había comprado el anillo cuando amaba profundamente a Jenny. Había pensado que solo tenía que darle el anillo a Jenny y que los dos podrían casarse y pasar el resto de sus vidas felices juntos.

El anciano nunca pensó que Jenny cambiaría de opinión. Se quedó mirando el anillo en silencio, antes de secarse las lágrimas y decir: "Al final del día, el mundo no puede cambiar por una persona. Yo era demasiado egoísta en ese entonces".