Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2154

En un hermoso palacio subterráneo, la mujer miró a Adam. "Eres demasiado imprudente, Adam. Te quedarás en este palacio de ahora en adelante. Por lo menos, no irás a ninguna parte antes de que ese cultivador se vaya".

"¿Por qué debería?".

Adam fulminó a su madre con la mirada. "¡Acabo de matar a un par de mortales! ¡No son más que unos animales inferiores para mí! ¿Por qué no estás de mi lado?".

La mujer miró fijamente a Adam. "Sé que ya eres mayor, Adam. Ya no eres un niño, y estoy segura de que entiendes que el universo tiene sus reglas. Este planeta Tierra en el que estamos no es más que una dimensión inferior. Puede que seamos la presencia más poderosa aquí, pero el universo nos castigará si cometemos errores".

"¡Es tan injusto! ¿Por qué esos cultivadores pueden salirse con la suya matando a la gente, pero nosotros somos castigados por lo mismo?".

"Es más que justo. Tú y yo conseguimos nuestros poderes de forma natural absorbiéndolos de la naturaleza, no a través de grandes esfuerzos dedicados al cultivo. Hemos sido bendecidos por el tiempo y el espacio al ser las sombras del eje sobre el que gira el universo. Eso nos diferencia de los cultivadores normales, y por eso no podemos matar a la gente a nuestro antojo".

"¿Sombras del eje del universo? ¡Ja!".

Adam se burló. "¿Y qué? ¡Podría matar a toda la gente de Ciudad Anderson si me diera la gana! ¿Qué harás al respecto? Eres demasiado débil y cobarde, madre. Voy a matar a Wilbur Penn, y por fin verás lo fuerte que soy".

"¡Quédate ahí!".

Adam se dio la vuelta para marcharse sin decir nada más, pero la mujer sacó un cubo negro y se lo lanzó a Adam. El cubo mágico atrapó a Adam en su interior al instante, y no pudo escapar por mucho que luchó.

"¡Madre! ¡Madre, déjame salir!".

"Aún eres demasiado joven, Adam. Aún hay cosas que no entiendes. Espero que puedas utilizar los próximos días para reflexionar sobre tus acciones en el cubo".

La llama golpeó el cubo, llenándolo al instante de energía espiritual desenfrenada. En tan solo una docena de segundos, el cubo se había desvanecido en la nada mientras Adam salía de sus encierros.

Tres días después, Wilbur abrió los ojos y vio el rostro de la mujer en la pared de la cueva. "Ya pasaron tres días. ¿Tienes una respuesta?".

"He disciplinado a Adam y me prometió que nunca más le hará daño a la gente de Ciudad Anderson. Creo que podemos poner fin al malentendido entre los dos ahora".

"Un malentendido, ¿eh? Wilbur resopló. "Espero que un malentendido así no vuelva a ocurrir".

"No lo hará, señor Penn. Te prometo que algo así no volverá a ocurrir".

"Estupendo, entonces. Espero que cumplas con tu palabra".