Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2160

La rabia hizo arder el pecho de la mujer líquida. Se supone que ella era el ser más poderoso de este mundo, pero tuvo que ver cómo otra persona mataba a su propio hijo.

"¡Devuélveme a mi hijo, Wilbur Penn!".

La mujer de líquido echó la cabeza hacia atrás, dejando escapar un grito de angustia. Justo entonces, Wilbur había agotado toda su energía espiritual mientras caía lentamente del aire. Los ocho calderos de dragón emitieron un resplandor blanco, sosteniendo el cuerpo de Wilbur para que no se lastimara al aterrizar en el suelo. Los calderos volvieron a elevarse en el aire, formando un rayo de luz dorada cuando apareció el señor Fremont, mirando fijamente a la mujer de líquido.

"¡Devuelve a mi hijo a la vida, Fremont Skye!".

Fremont miró a la mujer de líquido con calma. "Oh, Árbol de la Oscuridad. Deberías saber que tu hijo no tiene lugar en esta dimensión. Cada dimensión solamente puede tener un origen de movimiento, y tú eras el de esta dimensión".

"¿Cómo pudiste? ¿Cómo pudiste hacerme esto?".

"El bien y el mal deben ser iguales en el mundo. Tu hijo nació solamente porque el aura maligna de este mundo era demasiado fuerte. Es una pena que un niño así solo pueda llenarse de malos pensamientos por muy fuerte que crezca, aunque intentes ayudarlo a cambiar".

Las lágrimas corrieron por el rostro de la mujer de líquido ante estas palabras. Ella sabía que Fremont decía la verdad, y que solo había podido tener un hijo porque en este mundo había más maldad que bondad.

Sin embargo, en un mundo donde el mal superaba al bien, el hijo de la mujer líquida estaba condenado a tener un corazón malvado desde el principio. El hijo estaba destinado a ser castigado y a tener una muerte trágica.

Se supone que todo era igual y equilibrado en el universo, como el bien y el mal, y el bien y el mal. La aparición de las sombras se debe al desequilibrio entre el bien y el mal en este mundo.

Fremont levantó un dedo y cinco perlas doradas salieron disparadas hacia el cuerpo de la mujer de líquido.

"¡Argh!".

La mujer de líquido gritó en agonía. Los tentáculos empezaron a reducir su tamaño, y finalmente se hundieron en el suelo. Las cinco perlas doradas salieron volando del cuerpo de la mujer de líquido en cuestión de segundos, pero ahora eran de color negro cuando Fremont se las metió en la manga.

Tras haber perdido parte de sus poderes, la mujer de líquido finalmente salió de su furioso estado de locura. Se desplomó en el suelo, inclinándose repetidamente ante Fremont. "Gracias por ayudarme a controlar mis malos pensamientos, señor Fremont".