Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2173

Wilbur apenas dudó en estar de acuerdo con Punter. La verdad era que podía tomar tanto cobre como quisiera una vez que entrara en esa mina, siempre y cuando lo pusiera todo en su semiplano. Los doscientos kilogramos no eran nada para él.

"Eres genial, Señor Penn. Realmente tengo suerte de haberte conocido".

…

Wilbur regresó a su hotel y se preparó para ir a la Mina Tuttle de inmediato. Después de todo, estaba en Ciudad Bruille para encontrar las piezas rotas del Caldero de los Nueve Dragones.

El orgullo de la gente de Eweyn hizo que Wilbur se sintiera bastante incómodo. El Caldero de los Nueve Dragones se había roto en nueve pedazos, lo que quería decir que volver a armarlo requeriría encontrar las nueve piezas.

Wilbur ni siquiera había encontrado una de las piezas, por lo que tuvo que actuar rápido.

Esa tarde, Wilbur entró a la Mina Tuttle por su cuenta. Todavía había un poco de luz cuando entró por primera vez, pero luego se puso completamente oscuro. Wilbur lanzó Illuminos y una bola de luz blanca apareció sobre su cabeza para iluminar su camino.

Con la ayuda de la luz, Wilbur vio que el camino principal que había afuera era bastante ancho. Sin embargo, a medida que avanzaba, notó que el camino se hacía más estrecho. Era como si hubiera una fuerza poderosa que se interpusiera en el camino de quienquiera que estuviera abriendo este camino.

Wilbur siguió avanzando. No pasó mucho tiempo antes que el camino se volviera tan estrecho que sus hombros apenas podían pasar. Justo en ese momento, Wilbur también vio un cambio en la mina frente a él.

El camino que tenía por delante se había dividido en tres direcciones diferentes. Wilbur no cambió su camino, siguió recto por un tiempo y se encontró con cinco túneles.

No pasó mucho tiempo antes que Wilbur desenterrara una gran pila de mineral de cobre. Le echó un vistazo y vio que probablemente había alrededor de cuatrocientos a quinientos kilogramos de mineral. Sin embargo, Wilbur no tenía prisa por irse con el mineral. En cambio, recogió dos trozos de minerales que parecían pesar alrededor de cien kilogramos cada uno y entró en su semiplano.

Wilbur podía sentir una fuerza especial que salía de los minerales. Como podía llevarse el mineral de aquí con él, le gustaría ver cuántos puntos de gracia le daría el mineral de bronce.

Después de arrojar los dos enormes minerales de bronce al Altar del Dragón, se convirtieron en veinte puntos de gracia.

Veinte puntos no era nada, pero Wilbur estaba extasiado de ver los números en la pantalla. Sabía que había llegado su oportunidad de ganar puntos de gracia.