Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2264

La manada de cientos de lobos olfatearon la sangre en el aire y parecían volverse salvajes. Rodearon a Wilbur antes de lanzarse sobre él, saltando en el aire unos metros antes de alcanzarle, con las mandíbulas abiertas en un intento de morderle.

La mirada de Wilbur brilló, pero permaneció inmóvil. Al segundo siguiente, los lobos se congelaron en el aire al pasar una ráfaga de viento feroz.

Los lobos del suelo también se detuvieron bruscamente. Un tornado se formó alrededor de Wilbur, arrastrando a los lobos a su paso y reuniéndolos en una enorme bola.

Wilbur saltó al aire e invocó la cuchilla del trueno antes de golpear la bola una docena de veces.

Cuando sacó la cuchilla, el aire retumbó con fuerza al estallar la enorme bola de lobos. Los cuerpos de los lobos se esparcieron por los alrededores, algunos con la cabeza cortada y otros con el cuerpo partido por la mitad.

El aire apestaba a sangre, pero no quedaba ni un solo lobo vivo. Wilbur miró fríamente a Lawrence y le dijo: "Ahora es tu turno".

Lawrence miró a Wilbur. "Eres bastante poderoso, pero aquí no serás rival para mí".

Wilbur sonrió satisfecho. "¿De verdad? Bueno, solamente hay una forma de ver si eso es cierto, ¿verdad?".

En medio de la confusión de Wilbur, la voz de Lawrence se escuchó desde detrás de él. "Incluso tú estás sorprendido, ¿verdad? Deberías saber que Fremont diseñó esta formación, Wilbur. Es una élite de una dimensión superior y el guardián del secreto del clan del dragón. Tú eres su elegido, así que no me sorprende que sus formaciones puedan retenerte".

Wilbur se dio la vuelta para ver a Lawrence de pie a unos diez metros de él. "¿Esta es la prueba que el señor Fremont me ha puesto?".

Lawrence respondió: "Así es. Una vez que encuentres el núcleo de la formación, podrás salir. Sin embargo, a partir de ahora, voy a aparecer delante de ti al azar para atacarte. Tienes dos opciones: admitir la derrota o morir aquí".

Al decir estas palabras, Lawrence volvió a hacerse invisible. Wilbur respiró profundamente, consciente de que sería prácticamente imposible salir de las restricciones de la formación que el señor Fremont había puesto a prueba. Localizar el núcleo de la formación era su única manera de escapar ahora.