Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2374

Después que la abuela de Judith terminó de revelarle esa información a Wilbur, regresó a su habitación. Judith salió de la cocina después de limpiar y se rio entre dientes al ver a Wilbur parado en el lugar. "¿Quieres ir a caminar?".

"¿Q-qué? Oh, sí, claro. Estaba pensando en hacer eso".

Judith desapareció en la habitación de su abuela por un rato y luego salió para bajar las escaleras con Wilbur. Caminaron por el vecindario y Wilbur preguntó: "¿Dónde está esa perla que encontraste, Judith?".

"La cambié por dinero y luego la doné a la caridad", Judith respondió.

"¿Por qué no dejaste algo para ti? No estoy diciendo que tengas que vivir lujosamente, pero al menos deberías tener lo suficiente para una vida más cómoda con tu abuela".

Judith se encogió de hombros ante las palabras. "Eres un buen hombre, Señor Penn, pero la abuela dijo que este es nuestro destino. No estamos destinadas a una vida lujosa. Usar el dinero obtenido del Ojo del Dragón solo resultará en nuestro mal karma".

"¿Mal karma?".

Wilbur frunció el ceño. "¿Crees que podría ser solo un placebo? Tal vez tu abuela esté acostumbrada a vivir de esta manera y, por lo tanto, piensa que es la vida que está destinada a tener, pero la verdad es que ustedes son más que capaces de conseguir una vida mejor. ¿No lo crees?".

Judith negó con la cabeza pero no dijo nada. Los dos pasaron por una tienda de ropa y Judith se sintió atraída por un hermoso vestido en la ventana. Presionó su nariz contra el vidrio, mirándolo con ojos brillantes.

Wilbur dejó escapar un largo suspiro. La conversación que había tenido con la abuela de Judith le había dejado una extraña y aburrida sensación en el pecho que de alguna manera le hacía querer demostrar algo.

"¿Ves? Tenía razón, ¿no? No tienes por qué vivir vidas tan frugales, ¿sabes? Date un capricho a ti y a tu abuela con cosas más bonitas, ¿no? Nadie puede decirte que no tienes derecho a vivir la vida que quieres".

Judith estaba muy contenta y le agradeció efusivamente a Wilbur. Siguieron paseando tranquilamente. Mientras pasaban por un callejón, un matón armado con una daga salió corriendo mientras dos figuras que lo perseguían gritaban: "¡Alto, ladrón!".

El ladrón estaba furioso y se dio la vuelta para blandir su daga salvajemente en el aire.