Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 24

Stanley se quedó boquiabierto. Le costó un momento procesar lo que Wilbur acababa de decir y soltó una carcajada.

Le dirigió a Wilbur una mirada asesina. "Jovencito, ¿sabes quién es este tipo de aquí? ¡Es Rayo Hank, el jefe de la Pandilla del Tigre Negro! Controlan la escena clandestina de la ciudad Seecher. Creo que no entiendes lo que está pasando aquí".

"¿La Pandilla del Tigre Negro? ¿Rayo Hank?". Wilbur preguntó con calma. Luego, añadió: "Nunca he oído hablar de ellos".

Aquellas palabras hicieron que Stanley perdiera la calma. Justo cuando estaba a punto de devolverle el grito a Wilbur, Rayo Hank dijo: "¡Qué chico tan terco! ¿No sabes quién soy? Supongo que hoy tendré que enseñártelo".

Faye se apresuró a decir: "¡Señor, por favor, no! Solo quieres dinero, ¿verdad? Puedo darte todo el dinero que quieras. Por favor, no nos haga daño. Podemos discutirlo".

El Rayo Hank replicó fríamente: "¿Por qué tendría que discutirlo contigo? ¿Crees que el Consorcio del Cabo es tan poderoso? ¡Estás en la ciudad Seecher y yo soy el jefe aquí! Puede que tengas dinero, ¿pero estarás viva para gastarlo?".

Wilbur miró tranquilamente a Rayo Hank y dijo: "Si yo fuera tú, no me haría ilusiones. Puedo matarte sin esfuerzo. Solo tienes que portarte bien. Saldrás herido si no me haces caso".

Faye sintió pánico al oír aquellas palabras.

Wilbur siempre había sido consciente del alcance de sus habilidades. ¿Por qué de repente estaba provocando así a Rayo Hank y a Stanley? ¿Acaso deseaba morir?

Rayo Hank soltó una carcajada al oír eso. Sacudió la cabeza y dijo: "Nunca había oído a nadie hablarme así en las últimas dos décadas. Sinceramente, estoy bastante sorprendido".

"Déjala ir o te tendré más sorpresas preparadas", dijo Wilbur con calma.

La mirada del Rayo Hank brilló con frialdad y dijo en tono solemne: "Córtale las piernas. A ver si después de eso sigue actuando así de engreído".

"Sí, señor". Uno de sus hombres se dirigió hacia Wilbur, blandiendo un gran cuchillo de carnicero.

Faye se asustó. "¡Por favor, no te pongas violento! ¡Te daré todo el dinero que quieras! ¡Vamos a hablarlo! ¡El Consorcio del Cabo tiene todo el dinero del mundo!".

"Aceptaré el dinero, pero también voy a darle una lección a este tipo", se burló fríamente el Rayo Hank.

Wilbur miró a Faye. "Han secuestrado a mi empleada".

"¿Qué? ¿Por quién? ¿Dónde?". Gordon montó en cólera de inmediato.

Wilbur respondió con calma: "La Fábrica Cabeza de Cobre. Está al norte".

"Señor Penn, por favor, espere un momento. Estaré allí en diez minutos", se apresuró a decir Gordon antes de colgar.

Al mismo tiempo, un miembro de la brigada de servicios especiales recibió una orden. Se reunieron en tres minutos, se armaron y se dirigieron de inmediato a la Fábrica Cabeza de Cobre con no menos de treinta vehículos militares.

Wilbur colgó y luego se volvió para mirar a Rayo Hank. "¿Puedes esperar diez minutos? Puede que alguien quiera verte".

Rayo Hank soltó una carcajada. "¿Diez minutos? ¿Qué tal si te doy media hora? Me gustaría ver quién tiene el valor de involucrarse en esto".