Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2442

Wilbur dijo: "Holt, yo soy tu oponente. Si tienes el coraje, ven por mí".

"Hmph". Holt se burló y dijo: "Wilbur, ¿realmente crees que ahora eres rival para mí? No eres más que un peón destinado a caer ante mí. Skermann caerá inevitablemente bajo mi control y Beklaven se verá envuelto en una guerra interminable durante los próximos cien años. ¡Yo seré el gobernante aquí!"

"¿Qué? ¿Podría ser que seas el cerebro detrás de la agitación en Beklaven? Holt, yo... realmente te subestimé".

El semblante de Arthur se torció de dolor. Al fin y al cabo, Beklaven era el hogar de decenas de millones de personas, y Arthur no podía asimilar que el destino de tantos estuviera en manos de Holt. Holt solo deseaba arrasar con los hogares de innumerables inocentes.

¡Ese hombre era tan cruel como una serpiente e increíblemente despiadado!

"Hmph".

Holt habló con frialdad: "Arthur, te perdono la vida únicamente porque eres el líder del Gremio de Cultivadores de Skermann. Déjame dejar algo claro: tienes dos alternativas. Primero, conviértete en mi subordinado y ayúdame a sumir a Skermann en el caos. Segundo, muere bajo mi mano y termina como un cadáver inservible".

"¡Tú!".

"¡Hmph!" Wilbur soltó una carcajada sarcástica y dijo: "Holt, ya has provocado un desastre monumental y ni siquiera eres capaz de protegerte. ¿De verdad crees que puedes seguir adelante con tus planes en Beklaven?".

"¿Qué? ¿Escuché mal? ¿Dices que he causado un gran desastre?"

La sonrisa malvada de Holt creció cuando dijo: "Wilbur, ¿tienes miedo después de verme sacrificar al Mensajero Oscuro a mi dios? ¿Es por eso que estás diciendo tonterías? Patético. Si quieres defenderlos, entonces te mataré primero".

"¡Criatura vil, te mataré!".

"¡Veremos quién mata a quién!".

Wilbur y Holt se atacaron el uno al otro simultáneamente. Wilbur blandió su Espada Mágica del Dragón, y Holt blandió su espada de hielo. En el momento en que las dos espadas chocaron, una poderosa onda de energía estalló y se extendió instantáneamente.

¡Puf!

El suelo tembló, y todo el salón comenzó a desmoronarse. Steviat le gritó a Arthur: "General, este lugar se está derrumbando. ¡Debemos irnos ahora!".