Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2452

Wilbur huyó del palacio subterráneo a toda velocidad.

El Mensajero Oscuro esbozó una sonrisa satisfecha. "Estos cultivadores del clan dragón realmente son excepcionales, ¿verdad? Parece que te subestimé, Wilbur Penn".

Holt estalló en furia. "¡¿Qué demonios?! ¿Por qué dejaste que escapara?".

Sin responderle con palabras, el Mensajero Oscuro bajó su espada, atravesando el cuerpo de Holt desde el hombro izquierdo hasta el abdomen derecho. Un líquido negro y viscoso brotó en grandes chorros, aunque la herida comenzó a regenerarse casi de inmediato. Holt, aterrorizado, observaba su cuerpo con incredulidad.

"Nunca olvides que no eres más que mi marioneta. No tienes derecho a dirigirte a mí de esa manera", sentenció el Mensajero Oscuro con frialdad.

Luego, se dio media vuelta y salió del palacio subterráneo, siguiendo el rastro del aura de Wilbur. Sin embargo, al llegar a las calles exteriores, se percató de que esta había desaparecido por completo.

"Ese miserable logró escapar", murmuró con irritación.

Por otro lado, Wilbur había ocultado su aura mientras huía del palacio. Cambió su apariencia para mimetizarse entre los civiles y se dirigió discretamente fuera de la ciudad.

Mientras se alejaba, su mente estaba inmersa en una vorágine de pensamientos. ¿Cómo detener la guerra en la Bahía Bullard? Mientras Holt siguiera con vida, la lucha continuaría. Peor aún, ahora estaba bajo el control del Mensajero Oscuro, convertido en su peón.

Con esta idea en mente, Wilbur decidió actuar. Necesitaba un representante para llevar a cabo su plan, alguien con suficiente influencia y poder. La primera persona que acudió a su mente fue el general Arthur de Skermann.

Skermann era una figura de peso en toda la región, y su posición como líder militar le daba una voz que resonaba entre los habitantes de Bahía Bullard . Wilbur pensó que, quizá, una carta escrita por Arthur a los obispos y cardenales podría ser suficiente para detener la guerra.

A altas horas de la noche, Wilbur se reunió con Arthur en el sótano del Gremio de Cultivadores de Beklaven. El general escuchó atentamente el plan de Wilbur, frunciendo el ceño con seriedad.

"Su idea es brillante, señor Penn", dijo finalmente Arthur, con un aire reflexivo. "Y se lo agradezco en nombre del pueblo de Bahía Bullard".