Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2498

Bajo el sol del atardecer, la carpa blanca se retorcía en las manos de Wilbur, haciendo que volaran por el aire gotas doradas. Wilbur se giró hacia el hombre de mediana edad y le dijo: "Señor, ya he pescado el tercer pez".

El hombre miró a Wilbur sin pronunciar palabra.

Al ver esto, Wilbur quitó rápidamente la carpa del anzuelo y la colocó en el cubo con los otros dos peces que había pescado ese mismo día. Ahora en el cubo había tres peces.

Wilbur llevó el cubo hasta el hombre, lo dejó frente a él y le dijo: "Señor, mire. Aquí están los tres peces que pidió".

El hombre miró dentro del cubo a los tres peces que nadaban. Le llamó la atención el chapoteo del agua provocado por sus movimientos. Tras un momento, movió los labios y dijo: "Parece que es el destino. Los cielos te están brindando una oportunidad".

Al escuchar esto, Wilbur sintió una oleada de alegría. Se dio cuenta de que había pasado todo el día pescando y solo se había encontrado con este hombre de mediana edad. Teniendo en cuenta que estaban en el séptimo nivel de la ilusión de la torre mágica, si hubiera otros oponentes, ya deberían haber aparecido. Pero en todo el día no había aparecido nadie más.

Esto solo podía significar una cosa: el hombre que tenía delante era la presencia formidable del séptimo nivel. El hombre había ocultado tan bien su aura que Wilbur lo había confundido con una persona corriente.

En la torre mágica, cualquiera que apareciera en el séptimo nivel tenía que poseer una gran fuerza. Si Wilbur podía evitar una batalla y aun así ganar, sería ideal. La petición inicial del hombre para que Wilbur pescara parecía tener un propósito más profundo, posiblemente quería transmitirle alguna sabiduría o conocimiento.

Los grandes cultivadores no suelen compartir sus secretos a la ligera. Incluso cuando aceptan a sus discípulos, suelen buscar oportunidades predestinadas. Esta podría ser una oportunidad para Wilbur. Desde su encuentro con el Caldero de los Nueve Dragones, Wilbur había empezado a valorar mucho estas raras oportunidades. Reflexionando sobre su viaje, comprendió la importancia de aprovechar cada encuentro casual.

El hombre de mediana edad dijo entonces: "Vamos, trae el pescado y sígueme a casa. Esta noche te haré una sopa de pescado fresco".

"De acuerdo", aceptó Wilbur.

Como había pasado hambre todo el día, el estómago de Wilbur gruñía de impaciencia. Cogió el cubo y siguió al hombre durante varios kilómetros hasta que llegaron a una pequeña casa de madera. El hombre le dijo a Wilbur que esa era su casa.

Cogió un trozo de pescado y lo probó, sintiendo que su sabor era delicioso. Exclamó emocionado: "¡Señor, esta sopa de pescado que ha preparado está deliciosa!".

"Si te gusta, come más. No seas tímido. Disfruta", animó el hombre.

"De acuerdo", respondió Wilbur.

Los dos comieron con ganas durante casi media hora, terminando toda la cazuela de sopa de pescado. Wilbur bebió hasta la última gota y dejó el plato, satisfecho. "Ha sido increíble", dijo.

El hombre de mediana edad, rascándose los dientes con un palillo, sonrió y dijo: "Chico tonto. Sabroso, ¿verdad? Después de todos estos años, eres la primera persona de las dimensiones inferiores que ha probado mi comida".