Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2508

Había doce inmortales en el universo, lo que significaba que también habría doce Dioses Malignos en el reino caótico.

El reino caótico y el universo no estaban completamente separados, ya que ambos compartían también dimensiones. Esos doce inmortales habían aparecido en esta dimensión superpuesta, al igual que la antigua formación que revelaba las posiciones de los doce Dioses malignos.

El Señor Oscuro no lo sabía al principio y se sintió encantado al descubrirlo. Las doce posiciones de los Dioses Malignos demostraban que los Dioses Malignos eran cultivadores que ascendían, lo que significaba que el Señor Oscuro tenía la opción de no ser esclavo de nadie.

El Señor Oscuro creía firmemente que ser un sirviente significaba que estabas bajo el control de otro, a pesar de lo poderoso que llegaras a ser. Sin embargo, ser un cultivador poderoso era un caso diferente en el que tendrías todo el control que quisieras.

Nadie quiere ser un sirviente o un esclavo. Había muchos cultivadores de las dimensiones intermedias y superiores que querían hacerse más poderosos para convertirse en guardianes dimensionales, algo que al señor Oscuro le parecía ridículo. Convertirse en guardián dimensional no otorgaba la inmortalidad.

Convertirse en guardián dimensional no era más que una mentira que habían fabricado los doce inmortales del universo. Estas personas vivirían tontamente el resto de sus vidas en una mentira, mientras que convertirse en un Dios maligno te haría inmortal. Sin duda, ¡nadie podría resistirse a algo así!

Por desgracia, ninguna de las marionetas de los Dioses malignos estaba dispuesta a ayudar al Señor Oscuro. Incluso Bahamut, el más débil de los Dioses Malignos, prefirió renunciar a volver a pisar la Tierra antes que trabajar con el Señor Oscuro.

La idea hizo que el Señor Oscuro apretara los puños. "Esos ocho bastardos. Bueno, esperemos que ninguno de ellos aparezca después de que haya activado la energía oscura de la antigua formación, o me aseguraré de absorber todos sus poderes".

Wilbur había pensado que los verdaderos dragones mágicos se escondían en la capa más oculta de las nubes, ocultándose para atacar de repente.

Sin embargo, aún había cierta distancia entre las nubes y el suelo. Un cultivador bien entrenado podría detectar rápidamente al dragón en cuanto saliera de las nubes.

Si hubiera una forma de hacer que el dragón fuera invisible y se mostrara solo al atacar, sería mucho más fácil confundir al oponente y dejarlo indefenso a la hora de adivinar la dirección del ataque del dragón.

Wilbur abrió la mano y apareció un dragón blanco formado por el aura del dragón. Lo miró fijamente y el dragón desapareció.