Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2550

Al ver de nuevo a Wilbur, la serpiente negra clavó en él su mirada y soltó un rugido. Wilbur respondió fríamente: "Debes de tener curiosidad por saber por qué aún sigo vivo. Sinceramente, siento la misma curiosidad por la técnica que usaste antes".

Cerrando los ojos y apretando el puño, Wilbur utilizó su energía de dragón para sentir el campo de energía de la serpiente negra y localizarla. De repente, lanzó un puñetazo.

Un dragón dorado salió del aire y voló hacia la serpiente negra. El dragón dorado creció hasta alcanzar el tamaño de la serpiente, rugió y se abalanzó sobre ella. El dragón dorado y la serpiente negra se entrelazaron, y la energía violenta del dragón explotó en la superficie de la serpiente.

Tras varias explosiones consecutivas, la pitón negra lanzó un grito de agonía y se redujo rápidamente, transformándose de nuevo en su forma humanoide. Cayó al suelo con las manos apoyadas en los escombros mientras jadeaba.

Descendiendo del cielo, Wilbur miró al hombre serpiente y le preguntó: "¿Qué técnica utilizaste hace un momento? ¿Por qué no podía moverme después de que la usaras?".

"¡Hmph! ¿No necesitas algo de mí? Como cuando querías salvar a ese niño", dijo el hombre serpiente, levantando la cabeza para mirar a Wilbur con una sonrisa desafiante.

Wilbur levantó la Lanza de Dragón Celeste y la apuntó a la garganta del hombre serpiente, diciendo: "Ahora no tienes otra opción. Si no quieres morir, será mejor que me digas".

Al escuchar esto, el hombre serpiente tragó saliva y preguntó: "Si te lo digo, ¿me perdonarás la vida?".

"Por supuesto".

"¿Es eso verdad?".

Wilbur recogió la Lanza de Dragón Celeste y observó cómo el hombre serpiente, gravemente herido, lo guiaba hacia la aldea. Los aldeanos se quedaron en la entrada, asombrados al ver acercarse a Wilbur y al hombre serpiente.

Wilbur frunció el ceño y preguntó: "¿Por qué me trajiste aquí?".

De espaldas a Wilbur y de cara a los aldeanos, el hombre serpiente sonrió malignamente y dijo: "¿No dijiste que me perdonarías a pesar de lo que hiciera?".

Wilbur sintió un repentino presentimiento. El hombre serpiente continuó: "Entonces te lo diré. Voy a matar a todos en el pueblo, ¡Incluyéndote!".

Con eso, el hombre serpiente se transformó de nuevo en la colosal pitón negra. Los aldeanos se espantaron cuando la serpiente empezó a atacar las casas y a la gente. En cuestión de segundos, la aldea fue reducida a escombros.