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Después de dos intentos, Edmund supo que no había forma de que pudiera absorber el aura de energía del Lago Dragón Celeste. Esto significaba que el aura energética de su cuerpo era de naturaleza opuesta, por lo que no podría beneficiarse del Lago Dragón Celeste.
Sin embargo, no podía contárselo a nadie. Si los otros Señores de la Ciudad se enteraban, seguramente reemplazarían a Edmund. Sin embargo, si el aura energética del Lago Dragón Celeste seguía siendo la misma, George y los demás también acabarían sintiendo algo raro.
Por lo tanto, Edmund sabía que iba a tener que encontrar un cultivador que pudiera absorber el aura de energía en el Lago Dragón Celeste. Tal vez Felix, o ese tipo llamado Wilbur Penn. Tal vez Edmund podría tomar prestados sus cuerpos para lograrlo.
George se rio entre dientes. "Ocupar el lugar del jefe de la familia Reyne, y luego apoderarte poco a poco de las otras tres familias para aumentar tu poder. Es realmente una idea brillante, Edmund".
Edmund soltó un suspiro de alivio al oír esas palabras, mirando a George con nerviosismo. Al menos George no era enemigo suyo por ahora.
Edmund dijo: "Señor George, seguro que no ha venido hasta aquí para enterarse de noticias tan aburridas".
Los nueve Señores de la Ciudad estaban todos ocupados con los asuntos de sus respectivas ciudades y apenas tenían tiempo para andar husmeando en busca de información inútil. Ningún cultivador deseaba ser espiado de esa manera. Era un acto de gran falta de respeto.
George se rio. "Oh, no digas eso, Edmund. Tienes razón, no he venido solo para enterarme de lo que pasa en Ciudad Buck. Tengo un mensaje para ti".
"¿Oh?".
"Mi maestro me dijo que un cultivador del clan dragón entró en Ciudad Buck. Pase lo que pase, desea que tú, Señor de la Ciudad Edmund, le perdones la vida a este cultivador".
"¿Qué? ¿Un cultivador del clan dragón?".
Edmund se sorprendió al escuchar esas palabras. Los cultivadores del clan dragón eran muy raros. Edmund mismo no había visto uno en Ciudad Buck en casi mil años. "¿Estás seguro?".
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