Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2660

"¡Maestro!". Gritó Felix.

Luego fulminó con la mirada a Babbit, exclamando: "¡Mataste a mi amo! ¡Te voy a matar!".

Los ojos de Felix se enrojecieron al ver a Wilbur arrodillado rígidamente. Una armadura blanca y brillante apareció a su alrededor mientras cargaba hacia Babbit, apuntando un fuerte puñetazo hacia su cara.

Babbit levantó la mano derecha. Un remolino negro apareció en su palma, succionando la energía del ataque de Felix mientras agarraba su puño. "¡Para, Felix! ¡Te has equivocado de idea!".

"¿Idea equivocada? ¡Mataste a mi maestro! ¡No hay ninguna idea equivocada aquí!".

¡Boom!

Una bola de energía negra explotó de la palma de la mano de Babbit, lanzando a Felix por los aires. Se estrelló contra el suelo y Babbit miró a Wilbur fríamente. "¿Llamabas a este tipo tu maestro? Yo pensaba que era tu maestro, Felix Horne".

Felix parpadeó, con la mente acelerada. "¡Wilbur me salvó la vida, sin él estaría muerto! ¿Qué hay de malo en que le llame mi maestro?".

La verdad era que Babbit odiaba a Wilbur y a Edmund con todas sus fuerzas, pero la situación era urgente. Si los otros Señores de la Ciudad percibían que el aura energética del Lago Dragón Celeste se hacía más fuerte, sospecharían. Para mantener su posición como Señor de la Ciudad, Edmund no tenía otra opción que regresar a los terrenos de la familia Reyne con los dos hombres por el momento.

Por supuesto, Babbit sabía que esto era solo temporal. Una vez que los Señores de la Ciudad bajaran la guardia contra él, Babbit iba a matar a Wilbur y Felix a la primera. Estos dos sabían demasiado sobre él y se iban a cultivar en el Lago Dragón Celeste.

Babbit no odiaba nada más que sus enemigos se hicieran más fuertes. En el pasado consideró perdonarle la vida a Felix y entrenarlo para que fuera más fuerte, pero lo que sucedió hoy había demostrado que Felix tampoco era de fiar. Alguien así no tenía lugar en la vida de Babbit, y mucho menos como sirviente.

Babbit regresó a Ciudad Buck con Wilbur y Felix a cuestas, en dirección al Lago Dragón Celeste. Chasqueó los dedos y Wilbur entró en el lago. Se paró en medio del agua, con la mirada tan vacía como siempre.