Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 2832

Resumo de Capítulo 2832: Viviendo con Mi Jefa Esposa

Resumo de Capítulo 2832 – Capítulo essencial de Viviendo con Mi Jefa Esposa por Internet

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Con un golpe sordo, Eugene cayó de rodillas y dijo: "Mi señor, te pido disculpas. No logré cumplir la tarea".

"¿Qué?".

Dubond abrió los ojos y miró a Eugene, arrodillado, con el ceño fruncido. "Eugene, me has decepcionado. Layton murió y la familia Robert está indefensa. Te envié a eliminar a la familia Robert, pero en cambio, desafiaste mis órdenes".

Mientras hablaba, un destello frío brilló en los ojos de Dubond y añadió con enojo: "¿Para qué me sirves?".

"No, mi señor, déjame explicarte. Puede que Layton esté muerto, pero la familia Robert consiguió un nuevo cultivador del clan dragón llamado Trevor Penn. No sé cómo, pero ahora forma parte de la familia Robert. Usé el talismán para ocultarme y luché contra él, pero me descubrió al instante y me obligó a retroceder de un solo golpe. No puedo derrotarlo solo. Sin embargo, si permites que Fred me acompañe, creo...".

Antes que Eugene pudiera terminar, Dubond de repente apareció frente a él, agarrándolo del cuello y levantándolo del suelo. Dijo fríamente: "¿Trevor? Nunca había oído ese nombre. Eugene, ¿intentas engañarme? No lo diste todo en esta lucha. Tienes miedo, ¿verdad?".

Luchando por el dolor, Eugene logró articular dos palabras: "No tengo... miedo...".

Con un golpe sordo, Dubond lo soltó y Eugene se desplomó en el suelo. Jadeando, el rostro de Eugene palideció y se quedó sin sangre.

El collar se rompió en pedazos y cayó al suelo. Eugene cambió entonces de apariencia y se dirigió al sistema de teletransportación en la plaza principal de la Ciudad Tevinter.

Al activarse el sistema de teletransportación, Eugene vio a Dubond, cuya mirada de odio lo llenó de satisfacción. Como Dubond nunca lo trató como un ser humano, Eugene decidió que ya no le serviría.

Con un destello de luz blanca, Eugene desapareció del sistema de teletransportación. Furioso, Dubond gritó: "¡Maldito bastardo! ¡Un día te haré pedazos!".

De pie cerca, Fred sugirió respetuosamente: "Mi señor, ¿por qué no voy a Ciudad Caminante a buscar a Eugene? Estoy seguro que puedo traerlo de vuelta".

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