Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 316

Justo después de que Sammy y Dom se marcharan, Wilbur estaba a punto de descansar cuando sonó el teléfono. Vio que era una llamada de Nancy y se apresuró a contestar.

"¡Hola, Nancy! ¿Cómo has estado?".

"Estoy bien, Wilbur. Sé que estás muy ocupado, pero mañana por la noche hay una reunión con todos nuestros compañeros de clase. ¿Vendrás?".

"Esta vez paso". Wilbur había perdido interés en esas reuniones desde lo ocurrido la última vez.

Nancy suspiró. "Yo tampoco quiero ir si te soy sincera".

"¡Pues entonces no vayas!".

"Lo sé, pero todo el mundo me ha estado echando la bronca por ello. Dicen que soy toda una engreída ahora que me han ascendido en el trabajo, no me siento bien si los rechazo".

Wilbur dejó escapar un suspiro. A veces estas cosas podían estar realmente fuera del control de uno.

"Bueno, supongo que tendrás que irte entonces".

"Yo... me preguntaba si podrías venir conmigo", preguntó Nancy en tono débil.

Wilbur quería decir que no, pero Nancy había sido una de las primeras personas que habían mostrado verdadera preocupación por él en el colegio. No podía rechazarla.

"De acuerdo. De todas formas, mañana por la noche estoy libre. Será divertido", dijo Wilbur, haciendo todo lo posible por aligerar el tono.

Nancy respondió de inmediato: "¡Gracias, Wilbur! Nos vemos mañana por la noche".

"Nos vemos".

La llamada terminó y Nancy se revolvió incómoda en su despacho.

Sabía que no debía hacerlo, pero no pudo evitar querer llamarlo.

Pensó que esta vez renunciaría definitivamente a Wilbur si él la rechazaba.

"Habitación 888 del Club Nocturno Noir. El tipo incluso dijo que lo esperaría aquí para ver qué tiene la ciudad Seecher".

"Que espere entonces. Me aseguraré de hacérselo saber".

Wilbur colgó la llamada, refunfuñando mientras se levantaba de la cama y se dirigía al Club Nocturno Noir.

En la sala privada del club, un joven apuesto estaba sentado en una mesa de juego con un puro en la boca y expresión altiva.

Había otros jugadores temblando en un rincón de la sala. Matt montaba guardia en la puerta, con la sangre aún goteándole de la cintura. Gerard estaba tendido en el suelo con un charco de sangre a su alrededor.

El tipo que estaba sentado dio una larga calada a su puro y exhaló un anillo de humo antes de sacudir la cabeza. "No puedo creer que se hagan llamar el jefe de los clanes más grandes de ciudad Seecher cuando solo están a este nivel. ¡Qué chiste!".

"¡No seas tan engreído! Lo vas a pagar en cuanto llegue nuestro maestro", gruñó Matt desde la puerta.

El hombre se rio entre dientes. "Claro, claro. Estaré esperando, espero que no me decepcione".