Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 333

Wilbur no podía quitarse de encima la sensación de que la cosa no era tan sencilla como parecía, lo que le hizo fruncir profundamente el ceño.

Nancy se dio cuenta de que fruncía el ceño, así que le preguntó: "¿Qué pasa?".

"Nada. Solo pensé que es divertido", bromeó él.

Ella sacudió ligeramente la cabeza y dijo: "Son tan cutres".

"Es por el bien de su dignidad. Los ricos no pueden perder la dignidad, vayan donde vayan", se burló él.

Ella sonrió ligeramente y preguntó: "¿Y tú?".

"¿Yo?". Wilbur sonrió y contestó: "Yo persigo cosas distintas, así que no puedes compararme con ellos".

Era cierto que Wilbur ya no perseguía el dinero.

Wilbur solo quería hacerse más fuerte, perseguir lo último en cultivo. Quería descubrir qué le esperaba al final de su viaje.

Originalmente, fundó el Consorcio del Cabo para proporcionar un medio de vida a sus subordinados disueltos, para que no tuvieran que recurrir a la violencia para sobrevivir.

Por el momento tenía mucho éxito. El Consorcio del Cabo obtenía muchos beneficios, los generales que eran sus subordinados recorrían la Calle Waller todos los días. Los mercenarios disueltos recibían unos ingresos mensuales decentes que les aseguraban el sustento y las familias de los que morían en combate recibían cuantiosas indemnizaciones.

Sería lo bastante rico como para vivir cómodamente durante diez vidas si no se ocupara de ellos. El dinero ya no era tan importante para él.

Nancy le creía. El Consorcio del Cabo poseía una riqueza incomprensible para la gente corriente.

Wilbur prestaba poca atención a su enorme empresa, lo que indicaba que le interesaba poco el dinero. No estaba segura de cuál era su objetivo, pero sabía que no era el dinero.

James enfureció a Declan con su actitud. La secretaria se puso en contacto con los departamentos relacionados y Declan también los estaba esperando. Declan se preguntó si James seguiría actuando con tanta arrogancia después de haber sido arrestado. Quería hacer pagar caro a James sus actos y que no volviera a ver la luz del día.

James permaneció en silencio. No dijo nada más.