Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 377

Wilbur se llevó las manos a la espalda y se acercó a Shane.

Shane estaba completamente sujeto por el hechizo Trueno Cuádruple, los truenos azotaban su cuerpo como golpes de bastón mientras aullaba de agonía.

"¿Qué se siente, ¿eh?".

Wilbur ya no necesitaba realizar sellos o cánticos para lanzar hechizos de nivel principiante o medio. Se podría decir que podía sacarlos de la nada, lo que mejoraba enormemente su destreza en el combate.

Al mismo tiempo, Shane y Yohan se asustaron mucho.

Wilbur había lanzado algo tan aterrador con solo un chasquido de dedos. ¿Cómo podía existir alguien tan aterrador?

Al mismo tiempo, todos los demás se quedaron sin palabras. Incluso los guardaespaldas de Shane estaban conmocionados, ni siquiera se acercaron a ayudar a Shane.

Shane sintió como si su alma abandonara su cuerpo, mirando a Wilbur aterrorizado e incapaz de decir otra palabra.

Wilbur sonrió satisfecho y le gritó a Yohan: "¡Ven aquí, vejestorio! ¿Acaso esperas una invitación?".

Yohan temblaba incontrolablemente, pero se acercó a Wilbur con la cabeza inclinada como si estuviera frente a un dios.

Wilbur se rio entre dientes. "Anda, cuéntame qué ha pasado aquí".

"Confesaré. Te lo contaré todo". Yohan soltó por fin la lengua y describió con todo detalle lo que había sucedido.

Resultó que el clan Weiss se había enterado por casualidad de la existencia de los minerales Luna de Oro de la mina de Chad.

Chad se acercó a Wilbur y le hizo una profunda reverencia. "Maestro, por favor, perdóneme por subestimarlo desde el principio".

En ese momento, Wilbur era como un dios para Chad. El sentimiento de culpa se apoderó de él por la forma en que lo había tratado. Si Yohan y Shane no estuvieran allí, se habría abofeteado a sí mismo y suplicado el perdón de Wilbur.

"Oh, está bien. No me conocías, así que no te culpo por no creerme", se echó a reír Wilbur.

Chad seguía lleno de remordimientos. "No puedo creer que no fuera capaz de reconocer al verdadero maestro a pesar de mi edad".

"No digas eso. Acabemos con esto de una vez. Para ser sincero, solo estoy aquí porque también quería algo de ti".

"¿Qué?". Chad se quedó atónito.