Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 45

Justo cuando las palabras de Jeremy resonaron en el aire, se vio a Ian caminar hacia él sosteniendo una caja de madera. Ian se puso de rodillas y le pasó la caja a Jeremy por encima de la cabeza.

Jeremy abrió la caja con un gesto de la mano. Sacó un pergamino y lo abrió de un tirón.

El pergamino contenía una pintura de un anciano vestido con una larga túnica. El anciano llevaba una espada a la espalda y su túnica ondeaba al viento, con un aspecto extremadamente etéreo.

Al mismo tiempo, una poderosa presión surgió del cuadro. Envolvió el aire, llenándolo de una presión indescriptible.

En ese momento, Gerard se puso de pie sobresaltado. "¡La leyenda dice que la familia Owens posee un retrato de un antiguo antepasado que alberga el poder de un cultivador de élite! Se dice que es la joya del clan. ¿Es esta?".

El mismísimo Gerard había perdido un poco la compostura.

Al fin y al cabo, no era culpa suya. El cuadro era un tesoro legendario y ser testigo de ello llenaba de asombro el pecho de Gerard.

Matt también estaba conmocionado, temblando mientras se levantaba. Se acarició la barba y exclamó: "¡Qué tesoro! El poder que alberga este cuadro no es algo que yo merezca poseer, ¡sin duda! La familia Owens sí que es el clan más poderoso".

Jeremy sonrió fríamente y luego miró a Wilbur. "Jovencito. Hoy vas a descubrir lo que significa ser un clan con verdadero poder. Por fin comprenderás que no es algo con lo que un joven mocoso como tú pueda jugar".

Wilbur sacudió la cabeza. "¡Vaya! ¿Eso es todo? Por favor, simplemente llévatelo de una vez. No te hagas daño".

Jeremy gritó: "¡Cómo te atreves! ¡Estar en presencia de mi antiguo ancestro es estar en presencia de un dios! Antiguo ancestro, por favor, elimina al enemigo por mí".

Mientras hablaba, Jeremy canalizó una buena cantidad de su energía hacia el cuadro. Este se iluminó de inmediato y una fuerza aterradora envolvió toda la isla.

De repente, los vientos azotaron temerariamente mientras el cielo perdía toda su luz.

"¡Vete al infierno!", gritó Jeremy mientras la imagen de una espada aparecía en el cuadro. Se elevó en el aire, iluminando el cielo nocturno.

A continuación, la imagen de la espada se dirigió hacia Wilbur con una fuerza imposible.

La sombra de la espada constriñó el aire por donde pasaba, haciendo que el viento azotara las ropas de los espectadores y les dificultara abrir los ojos.

En un abrir y cerrar de ojos, la luz creció hasta alcanzar un tamaño de casi cien metros. De ella emanó una aterradora aura de espada, oscilando en dirección a la imagen de la espada del cuadro.

Ambas fuerzas aterradoras chocaron en el aire.

Un sonido ensordecedor resonó en el aire mientras ambos ataques estallaban en una lluvia de chispas brillantes. Era como si llovieran estrellas fugaces.

Ambas fuerzas chocaron y explotaron una y otra vez, arremolinándose en el aire antes de desvanecerse lentamente.

La Isla Lago Marino recobró su paz y tranquilidad.

Los tres clanes temblaban, enroscados sobre sí mismos en el suelo. La colisión les había dado un susto de muerte y apenas podían mantenerse en pie.

Wilbur era el único que seguía de pie, con las manos a la espalda mientras miraba inexpresivamente a la multitud.