Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 529

La expresión de Sylvia era de terror absoluto.

Wilbur se puso en pie, situándose frente a Sylvia. "No te acerques más".

La expresión de Damian se ensombreció mientras miraba a Wilbur. "Solo estoy aquí para llevarme a la señorita Ronan. Alguien más se encargará de usted".

"No te vas a llevar a nadie", dijo Wilbur con calma.

Damian miró a Wilbur. Levantó las palmas de las manos, que brillaron con la luz del aura mientras se extendía una ola de presión. Sylvia no pudo evitar retroceder por la fuerza, gritando: "¡Es un cultivador, uno de los luchadores de la Corporación Joy!".

"No te preocupes. Yo me encargo". Wilbur sonrió.

Damian estalló de furia, lanzando sus manos al aire como dos afilados cuchillos en dirección al pecho de Wilbur.

Wilbur se rio y lanzó su propio ataque.

Con un sonoro choque, Damian salió volando hacia atrás y se estrelló contra una columna, deslizándose lentamente mientras la sangre le manaba de la boca. Tenía el pecho hundido.

Sylvia gritó de asombro, mirando a Wilbur con incredulidad.

"¿Qué ocurre?", preguntó Wilbur con una sonrisa.

Sylvia guardó silencio durante un largo rato antes de conseguir decir por fin: "Era un cultivador".

"Sí, es basura cuando se enfrenta a alguien como yo".

Wilbur agarró a Damian por el tobillo, lo arrastró hasta la puerta y lo arrojó fuera de la habitación antes de cerrar la puerta y volver al sofá.

Sylvia permaneció en estado de conmoción durante largo rato. "Eres muy bueno".

"Por supuesto", se regodeó Wilbur.

Sin embargo, Sylvia aún parecía preocupada. "Solo es un luchador. Sé que Casper tiene a sus órdenes a expertos especialmente entrenados que son mucho más poderosos que Damian".

"Para mí son todos iguales", dijo Wilbur.

Tampoco estaba claro de dónde venía ese extraño con el que estaba Sylvia y era aún más sospechoso que fuera un cultivador. Si salía algo de mala prensa sobre la empresa, Casper se iba a meter en un buen lío.

Sabía que no podía dejar que esto continuara. Tenía que solucionarlo cuanto antes.

Casper llamó a su secretaria. "Que Jamal mate al tipo y traiga a Sylvia. Limpia la escena después. No dejes ni un rastro".

"En ello", respondió la secretaria, poniéndose a trabajar de inmediato.

Casper encendió un puro y frunció el ceño.

Sylvia era una celebridad de primera categoría, la mayor fuente de ingresos de la empresa. Por ahora debía permanecer ilesa.

En cuanto al desconocido con el que estaba, iba a morir tanto si sabía algo como si no.

El hecho de que había estado a solas con Sylvia sería noticia suficiente para meter a la empresa en un gran lío.

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