Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 549

Wilbur pareció contrariado al instante. Dijo fríamente: "Deberías entretenerlo. Pediré refuerzos a Ryder y volveré en cuanto pueda".

"Eso no será necesario. No parece que quiera atacar".

"¿Qué está pasando?".

"Ha venido a buscarte y ha dicho que tiene algo que darte. Se fue cuando le dije que no estabas. Dijo que vendrá otro día".

"¿Por qué estos cultistas son tan educados de repente?". Wilbur estaba un poco incrédulo.

Eileen dijo: "Yo tampoco me lo esperaba. Además, le informé a Constantino. Vendrá enseguida".

"De acuerdo. Estará bien contigo y con él. Volveré enseguida".

"Muy bien, te esperaremos".

Wilbur colgó y frunció el ceño. Dijo: "Ayúdame a reservar el primer vuelo a Dasha. Tengo que volver y ocuparme de algo".

Zoe y los demás se quedaron estupefactos. Sin embargo, nadie se atrevió a decir una palabra al ver el gesto de disgusto de Wilbur. Zoe reservó inmediatamente un pasaje de avión para la tarde.

Wilbur se bebió el vino de su copa y dijo: "Iré directamente al grano, espero que las cosas les vayan bien a todos en el futuro".

Luego, se fue a su dormitorio y se puso a meditar.

Alguien de la Iglesia del Sangreísmo le estaba buscando. No sabía de qué se trataba, pero ya estaba descontento por ello.

Sentía que si podían buscarlo, significaba que podían amenazarlo en cualquier momento, junto con la gente que lo rodeaba.

Wilbur pensó que debía dar una lección a la Iglesia del Sangreísmo cuando regresara. Consideró la posibilidad de atacar su guarida para erradicarlos definitivamente.

Zoe y los demás acompañaron a Wilbur al aeropuerto hacia las tres de la tarde. Subió al avión en un asiento de primera clase.

Zoe y los demás suspiraron al ver despegar el avión.

"¿Por qué ibas a ir mal vestido si eres competente?", preguntó ella.

Wilbur respondió despreocupado: "No me fijo mucho en la ropa".

"Solo admite que no tienes un céntimo. ¿A qué viene esa actitud pretenciosa?", preguntó la mujer con aire crítico.

Un hombre con gafas de sol que estaba junto a la mujer tenía más o menos la misma edad. Se echó a reír y dijo: "Amigo, te estamos cuidando. Tenemos artículos de lujo de edición limitada en nuestro equipaje. No puedes permitirte que se estropeen. Deberías apartar tus pertenencias".

Wilbur se quedó sin habla. Estaba preocupado por la Iglesia del Sangreísmo, así que no quiso discutir con ellos. Cerró los ojos y los ignoró.

La mujer se sintió irrespetada al instante. Estaba pálida de rabia y le dijo al hombre que tenía al lado: "León, míralo".

"¡Amigo, levántate!". El hombre de las gafas de sol gritó al instante a Wilbur porque su novia estaba enfadada.

Wilbur suspiró y abrió los ojos lentamente. Preguntó: "¿Ya terminaron?".