Viviendo con Mi Jefa Esposa romance Capítulo 558

André sonrió y dijo: "Estoy aquí por orden del Dios de la Sangre para enviarte un regalo".

Dicho esto, André le pasó a Wilbur el maletín que llevaba en la mano.

Wilbur lo miró y se dio cuenta de que la maleta estaba hecha de algún tipo de material desconocido. La superficie estaba cubierta de runas talladas que parecían una especie de sello.

"¿Qué es esto?", preguntó

André sonrió y respondió: "No lo sé. Simplemente entrego el objeto como se me ha ordenado".

Wilbur extendió lentamente la mano para recibir el maletín y utilizó su energía espiritual para sondearlo.

Las runas de la maleta brillaron con intensidad y pudo sentir un fuerte poder que emanaba de su interior.

"Eso es todo. Adiós, señor Penn". André le dedicó una sonrisa amistosa y se dio la vuelta para marcharse.

En ese momento, Constantino saltó por los aires y aterrizó justo delante de André. Gritó: "¡Hereje! ¡No te irás tan fácilmente después de haberte topado conmigo!".

André se encogió de hombros y dijo: "No estoy aquí para pelear con ustedes".

"Yo tampoco. Sin embargo, tienes que ser juzgado por el Señor de los Santos Iluminati". La energía espiritual surgió a través del cuerpo de Constantino mientras decía eso.

Al mismo tiempo, Eileen sugirió: "Trabajemos juntos y acabemos con él".

"Él no mostró ninguna animosidad hacia nosotros. No creo que tengamos que hacerlo. Después de todo, hasta me dio un regalo". Wilbur agitó el maletín que tenía en la mano, aparentemente satisfecho con el resultado.

Eileen frunció el ceño y replicó: "¿Te atreves a aceptar algo de la Iglesia del Sangreísmo?".

"¿Por qué no iba a hacerlo? No es como si esta cosa fuera a devorarme, ¿verdad?", se burló Wilbur.

Eileen replicó: "No estés tan seguro todavía".

"No está bien pegar a un invitado. Lo siento, pero no me voy a meter en esta pelea", dijo Wilbur.

Comenzaron a soplar fuertes vientos aullantes que emanaban una fuerte presión espiritual que envolvió a André.

André suspiró y se volvió para mirar a Constantino. Le hizo un gesto con la mano y le dijo: "De verdad que no quiero hacerles daño".

"¡Hereje! Tu propia existencia es el mayor pecado contra el Señor de los Santos Iluminati. ¡Acepta su juicio!".

Constantino disparó una ráfaga de llamas sagradas a André sin dudarlo.

Las llamas sagradas llevaban consigo un poder indescriptible mientras se lanzaban hacia André y su poder parecía causar que el clima cambiara también.

Justo cuando Constantino usó su Dominio Divino, Wilbur lo elogió: "Debo decir que los de la Iglesia de los Santos Iluminati sí que hacen que las cosas parezcan grandiosas".

"Ciertamente. No solo se ve grandioso. Tampoco hay que subestimar el poder de Constantino", dijo Eileen frunciendo el ceño.

Mientras tanto, frente a las llamas sagradas que se acercaban, André no pudo evitar sacar una fina espada roja y blandirla hacia las llamas sagradas.